…¡Qué será, qué será, que será!
¡La Abeja!
Cuando yo era pequeña, mis padres tenían un tocadiscos en casa (imagino que como en casi todos los hogares de los ochenta) y una amplia colección de vinilos, muchos de los cuales acabaron partidos en dos o tan rallados que la aguja no hacía más que saltar si se hacía el amago de escucharlo. Esto fue años antes de que rebobinásemos cintas de casete con bolis bic.
Mis discos preferidos eran los de canciones infantiles. Los teníamos todos: los Payasos de la tele, Enrique y Ana, artistas anónimos varios y, por supuesto, Teresa Rabal. Las canciones de Teresa Rabal eran, sin duda, mis favoritas. Tengo el recuerdo fugaz de mañanas de vacaciones en las que mi madre nos enchufaba el tocadiscos y nos hacía un shuffle (modo manual) para tenernos entretenidos, mientras ella preparaba la cómida o lidiaba con mi hermano pequeño, muy bebé por aquella época. Y subían mis vecinos y vecinas y bailábamos y cantábamos en el salón queriendo ser tan altos como la luna (¡ay, ay!) o acusando a un tal Ramón Ramírez de haberle cortado el rabo al probre perro de San Roque.
Ya hace casi tres décadas de aquello (¡ay, madre!), pero confieso, felizmente, que la niña que berreaba el Veo Veo a «grito pelao» no me abandonó nunca. Y que tengo el propósito feliz de recuperar todos aquellos grandes éxitos (así como series preciosas de mi infancia, léase Heidi o La Vida es Así), para mis futuros churumbeles. Puede, también, que estos manden a la porra a su mamá «carca» y le pidan a voces que les lleve a ver a los Cantajuegos o a la Violeta del momento.
Resultado, o no, de esta melancolía de niña de los ochenta, hoy os traigo la primera pieza del nuevo proyecto que me traigo entre manos. Un Abecedario infantil ilustrado. Despacito y con buena letra, empezamos con la A. ¡Qué será, qué será, qué sera!
¡A ser felices!
Maravilloso! Que la sonrisa y felicidad nunca desaparezcan de nuestro rostro!
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¡Muchas gracias! Podéis quedaros todo el tiempo que queráis :)
¡Un abrazo!
Pues te ha quedado genial.
Ay los viejos tiempos, que buenos eran.
¡Gracias!
Sí que lo eran… Por eso debemos seguir cantando y bailando siempre que tengamos ocasión :D