Hace un par de meses os enseñé cómo tunear unos botes de conserva de cristal con un poco de pintauñas, cintas varias y washi-tape (podéis ver lo bonitos que quedaron aquí). Pues bien, hoy vengo a comeros un poco más el tarro (ahora suena un ruido de platillos a lo serie americana por este gran chiste) con una nueva técnica que, para mí, es la definitiva, y es que no me puede gustar más.
Esto, como casi todo, tiene cosas buenas y cosas malas. La buena es que mi-rincón-desordenado-de-botes-de-conserva-vacíos disminuye considerablemente, lo cual me regala orden y algo de espacio, que nunca viene mal. La mala, que a este paso voy a parecer la loca de los tarros colorinchis repartidos por toda la casa, un riesgo que estoy dispuesta a correr.
La técnica la he encontrado en el precioso blog Fellow Fellow, y el flechazo ha sido tal que nada más leer el post me puse manos a la obra. Además, los materiales son tan sencillos que casi seguro los tendréis todos por casa, y eso suma muchos puntos porque nos garantiza una mínima inversión económica, parte importante de la decoración DIY. Vamos allá.
Para decorar nuestros botes necesitaremos:
- Tarros de cristal pequeños (recomendable que vuestros dedos lleguen al fondo del bote, en breve veréis por qué)
- Telas bonitas (que no sean demasiado gruesas)
- Tijeras
- Cola universal (de esa con la que de pequeños nos encantaba embadurnarnos las manos para después tirar de ella y despegarla como si fuéramos lagartos de la serie V – no era yo la única, ¿verdad?)
- Pincel o cualquier palito que sirva para remover
- Cuenco pequeño y agua
Y sin más, procedemos:
- Medir la circunferencia y la altura de nuestros botes, teniendo en cuenta las curvas que suele haber en la boca de estos tarros, y cortar la tela en tiras de uno o dos centímetros de anchura (no hay que ser demasiado precisos, este es un DIY de los de usar el ojímetro).
- En el cuenco mezclamos cola con un poco de agua. Os aconsejo echar la cola primero y después ir añadiendo el agua y removiendo, hasta que demos con una textura de agua un poquitín espesa.
- Sumergir una una tira de tela en el pegamento, escurrir un poco con los dedos y pegar en el interior del tarro, de modo que podamos ver la cara del dibujo a través del cristal. Repetir el proceso con todas las tiras hasta cubrir toda la superficie. Con los dedos vamos colocando bien la tela dentro del bote, para que no queden muchas burbujas ni huecos y la tela se pegue bien al cristal (por eso es recomendable que sean pequeñines, así podremos llegar al fondo).
- Dejamos secar bien hasta el día siguiente, para asegurarnos de que la tela está bien fijada y el pegamento se ha vuelto totalmente transparente.
Una vez secos, recortaremos la tela que pueda sobresalir de los botes, ya que estará rígida y será bastante fácil deshacerse de ella. Podemos dejarlos así o adornar un poco con casi cualquier cosa que tengamos a mano (a mí, personalmente, me gusta cubrir la parte de la rosca). Yo he usado lana, cuerda y un poco de cinta de bolillo y éste ha sido el resultado.
**NOTA IMPORTANTE** – dado que la técnica requiere que la tela se pegue al interior del bote, no podremos llenarlo de agua para poner flores frescas, ya que las tiras se despegarían, por lo que si queremos usarlo de florero, habrá de ser con flores secas, de tela o papel (que bien bonitas pueden ser). Y aún más importante, si quisierais usarlos como portavelas, tal y como hacen en el blog que os he mostrado, únicamente podrían usarse velas artificiales, de las que tienen batería, ya que introducir una llama en el interior puede resultar peligroso (por tanto, mejor abstenerse).
Espero que os guste, a mí me parecen preciosos y tan fáciles que me pondría a crear tarritos en bucle con un buen puñado de telas bonitas. Si os animáis a llevarlo a la práctica, me encantará ver fotos de vuestras creaciones y sobre todo, compartir vuestras opiniones y experiencias, por lo que podéis dejarme un comentario aquí abajito y así hacerme muy feliz :)
Recordad que mañana me asomaré por aquí (pese a que sea jueves) para anunciar al ganador del sorteo. Mucha suerte a todos los participantes.
Acabo de dar con tu blog por pura casualidad. Fíjate que creo que tengo un síndrome de diógenes con los tarros jejeje. Te han quedado chulos, chulos.
Qué preciosos!! Yo también soy la loca de los tarros, así que seguramente lo pondré en práctica. ;-)
Me encantan esos tarros,te han quedado geniales.Cuando vayas a casa tienes tarea.;)Muaaaaa
Hola guapa, esa idea me ha gustadomucho, que yo también soy la tonta de los tarros, y es que me dan una penita tirarlos!
Me encantan los diy con botes quedan siempre tan monos!! Son una monada como te han quedado!!
besos!!
¡Muchas gracias, Nika! Anímate a hacer alguno, seguro que le das ese toque tan mágico que sabes poner en lo que te rodea ;)
Un DIY interesante; seguro que lo pongo en práctica!
Me ha hecho gracia, tengo la misma tela de flores ;)
¡Mira tú que casualidad! Pues si no sabes qué uso darle, ya te he dado una ideilla ;) ¡Si los haces enseña fotos!
Claro! Si los hago te enseño 😉. La tela la estrené para forrar unos monederos de ganchillo (creo que no tengo foto donde se vea el forro)😁
Ay, que requetebonitos!!!! los voy a hacer segurísimo :D
Me alegra que te gusten. ¡Cuesta creer que queden tan bonitos con lo fáciles que son! Anímate a hacer tu versión y nos lo enseñas en el blog ;)