Es lunes, nos han cambiado el horario y los días, que ya venían siendo cortos, ahora lo son aún más. Pasan las seis de la tarde y parece que son las ocho y encima sigue haciendo un calor más propio de agosto que de casi noviembre, con las ganas que tengo de que llegue el frío. Aún no he desempolvado la más finas de mis chaquetas, ni me he liado un solo pañuelo al cuello, pese a haberme comprado otros dos este fin de semana. La tele sólo habla de ladrones y corruptos, de la economía que sube, aunque sólo lo noten los ricos, y del paro que baja en forma de empleos precarios.
En esta sociedad en la que vivimos, los ánimos viajan en montaña rusa y a veces es imposible controlar cuándo están bien arriba y cuándo caen en picado. Y es por eso que hay ocasiones en las que no queda más remedio que escapar de ella, evadirnos, ignorarla. Hace unos años estuve apuntada a un taller de escritura creativa en el que creábamos relatos cortos que compartíamos en cada encuentro. Para uno de ellos redacté una lista de acciones a las que decidí llamar «Medidas contra la crisis», y que decía algo así:
«El suave rugir de la cafetera por las mañanas, provocado por el agua que hierve, sube y se filtra inundando la cocina con aroma a café, cerrar los ojos, respirarlo y que su olor me inyecte ganas de hacer mil cosas en el día.
Despertar de madrugada, buscar a tientas el móvil y ver que aún quedan varias horas para que suene el despertador, hacerme un ovillo bajo en edredón y volver a dormir profundamente.
Subir el volumen de la radio del coche cuando suena una de esas canciones que me eriza la piel y hace que mi memoria musical me transporte a épocas pasadas, cantarla a gritos y olvidarme de hacia dónde voy.
Desenfundarme los pies de zapatos y botas cuando llega el verano, lucir sandalias y pintarme las uñas de colores vivos, hundirlos en la arena de la playa y mover los dedos.
Tirarme en el sofá y cubrirme con la manta en un día de lluvia, comer chuches y ver mi película Disney favorita, cantar sus canciones y recitar sus diálogos y olvidarme de que he vuelto a cumplir años desde el momento en que la vi por primera vez.»
Así que sí, se ha acabado el fin de semana, nos han plantado el horario de invierno y los días son más cortos, pero qué importa a qué hora se vaya el sol. Coged una libreta y cread vuestra propia lista de medidas contra la crisis, contra cualquier crisis, e intentad llevar a cabo al menos una de esas acciones al día. Ya que es lunes y andáis por aquí, ¿qué os parece si empezamos por el café? (El Colacao también vale).
¿Os atrevéis a contarme alguna de vuestras ‘medidas anticrisis’?
¡Feliz lunes! (No olvidéis darle al play).
Me encanta tu relato, y medidas anti crisis, no sé, voy viviendo el día a día, intentando no preocuparme mucho, aunque es bastante difícil, pero ver a mi pequeña me hace sonreír y tirar para adelante, que más.
Ay, que se me pasa el día y no te escribo!!!
Me gusta la ilustración, inspira serenidad; y tus también tus relatos cortos con tus medidas anti crisis, a ver si escribes más!!
Y ahora vamos al horario de invierno; por primera vez (que yo me acuerde) me alegro del cambio. Tenía ganas de que anocheciese antes, no sé por qué, aunque quizás dentro de unas semanas me tenga que tragar mis palabras.
Y en cuanto a mis medidas anti crisis, la primera de ellas es intentar ignorar toda noticia económica, política y de sucesos, ni periódico ni telediario (solo me intereso por las exposiciones, sitios a descubrir, ideas…), aunque a veces alguna se cuele; y a partir de ahí A VIVIR.
Besitos y a esperar el post de mañana
Coincidimos en unas cuantas cosas, salvo que yo las uñas no me las pinto, sino q me las como…jajaja….Yo tengo unas ganas inmensas de otoño. Aquí hace un calor….el viernes llegamos a los 31º, cuando yo volvía del trabajo, y luego vienen los trancazos, porque cuando se oculta el sol, la bajada de temperatura es morrocotuda. Buffff…..Hoy he leído que estas altas temperaturas ya casi en noviembre provocan estrés y agresividad y me veo reflejada…me causan una mala leche legendaria. Te haré caso y haré «boliterapia» Besos.
Yo no sé si a mí me causan agresividad (el estrés lo sufro todo el año), pero este calor me desorienta un poco. A veces se me olvida en qué mes estamos, en serio. Ya debe quedar poquito, seguro que pasa como el año pasado y de un día para otro las temperaturas caen a lo bestia… No hay término medio. Yo lo que tengo claro es que ya no quiero más vestidos ni sandalias, que además ya no hay moreno que lucir y mi piel paliduzca no requiere tanta exposición, jeje…
Un besote
Desde que aplico en el día a día las medidas anti-crisis y antiestrés, que no es ni más ni menos que disfrutar de las pequeñas cosas que cuentas, me he dado cuenta de que soy mucho más feliz y estoy mucho más tranquila. No hay mejor medida anticrisis que disfrutar de tener salud y ver el sol cada día. Y si llueve, pues a disfrutar de la lluvia en el sofá con una manta! Me ha encantado esta ilustración, muy muy bonita! Besos.
Muchas gracias, Bea. Mira que cuesta darse cuenta y lo rápido que se nos olvida a veces. Toca disfrutar de las pequeñas cosas y ser feliz.
Un besote ;)
Excelentes medidas anti crisis!!!! Yo las leo mientras me tomo unos riquísimos mates!!! Besos
¡Muchas gracias! Te las presto si te sirven. Disfrutar de un rico té, aunque no sea mate, es otra de las cosas que me hace sonreír.
¡Feliz lunes!
Buen relato 😉
Nada como perderse por la montaña, coger un bloc y dibujar, dedicarse a charlar en versión 1.0 o cantar. En definitiva, volver a tocar el suelo con los pies
Buenos días/noches. Mis biorritmos se han ido de farranda y parece que el sueño no llega 😁
Besotes
A mí lo de los biorritmos me pasa con frecuencia y un día tengo sueño a las once y al siguiente no me duermo hasta las cinco. Y sí, las mejores medidas anticrisis suceden en el mundo 1.0, así que toca agarrarse bien a ellas.
Un besote :)