Hoy me asomo por aquí algo tarde, lo sé. Y es que el fin de semana pasado, el señor Wayne y yo decidimos escaparnos un par de días a la sierra Granadina para reunirnos con algunos familiares y desconectar un poco de la rutina. Allá que me fui yo bien preparada, con mi ordenador y mis cacharritos varios para no fallar en la tarea de preparar y programar el post con el que acudir puntual a mi cita de los lunes.
Me olvidaba de un par de detalles. El primero es que por más que nos cueste creerlo, aún hay zonas a las que Internet no consigue llegar, así que después de varios intentos y un par de sofocos por la pérdida de red, al más puro estilo Enjuto Mojamuto, respiré hondo y decidí que la desconexión iba a extenderse también a mi vida 2.0. El segundo detalle era que dicha desconexión virtual se acabaría dando igualmente de manera espontánea, por el paisaje, la compañía y los ratos de reunión alrededor de una mesa, aislados de ese frío polar que hace a tantísimos metros por encima del nivel del mar, sin parar de hablar, reír, comer y beber, sin prestar atención al paso del tiempo, sin saber si eran las siete o las doce de la noche (aún así, reconozco haber salido a desafiar a los muchos grados de menos en un par de ocasiones, para ver si tenía algún email, whatsApp o notificación importante, agitando el móvil en dirección al cielo, que así se cree una que la red llega mejor).
El domingo a medio día, aprovechando que hacía sol y aún podía soportarse el frío, salimos a dar un buen paseo por la zona y quería compartir con vosotros algunas de las fotos que hice durante la ruta. Son un buen puñado, así que os invito a poneros cómodos y a disfrutar de un buen café/té mientras os perdéis conmigo por estos preciosos parajes.
Nubes y claros. Me vuelven loca los cielos con nubarrones esponjosos de esos que van del blanco más blanco al «gris chaparrón».
Caminos infinitos donde tan sólo el sonido del viento, agitando las ramas de los árboles, y los pájaros rompen el silencio. Aire puro para los pulmones, que bastante sufren a diario.
Uno de los puntos de la ruta era visitar estas casas-cuevas abandonadas. No sé si a alguno de vosotros os pasará, pero a mí me fascinan las casas en ruinas, mi cabeza se monta mil películas acerca de quiénes vivirían allí, como sería la vida entonces, que sentirían al recorrer cada una de las estancias del edificio.
Suelos hidráulicos bonitos que para mi casa los quisiera.
Techo de una de las habitaciones y detalle del mismo en la siguiente foto.
Espero que hayáis disfrutado del paseo y las vistas hayan compensado las horas de retraso al aparecer por aquí. A veces hay que dejarse ir y tomarse las cosas con calma, que con las prisas se nos escapan muchos detalles.
No me voy sin daros las gracias por la gran participación que está teniendo el sorteo del paraguas y sobre todo por los comentarios tan bonitos que me estáis dejando en los formularios. Gracias de corazón, porque vuestras palabras me dan un buen chute de ánimos para seguir pasando por aquí cada semana. Prometo seguir trabajando mucho para que nunca se os pasen las ganas de pasar de visita. Ya sabéis que las puertas están siempre abiertas.
¡Feliz lunes!
De vez en cuando hay que desconectar!!! (Ahora que alguien me lo diga a mi por favor a ver si me entra en la cabeza…jajaja). Pero bueno, no me quejo, que yo la semana que viene me voy a perder bien lejos…
Me ha llamado mucho la atención el techo de la habitación que has mostrado…pintura mural!!! Restaurado quedaría precioso!!! Y el suelo, chulísimo!!
Qué buen paseo hija, me alegro que lo pasaras bien!!!
Besotes
Lo tuyo sí que es una desconexión con mayúsculas, Roma, ni más ni menos, ¡qué envidia que me das! ;P Pásalo en grande y come pizza y pasta sin miramiento, yo lo haría, jeje.
El techo es precioso y restaurado quedaría espectacular, lástima que la casa esté tan abandonada, parece que nadie tiene intención de conservarla…
Un besote, guapa ;)
Hola Esther, qué bien vienen esas escapadas. Chulísima esa casa abandonada, ya me dirás por donde queda, jejeje.
Nosotros tb hemos estado disfrutando del campo. Caminatas bajo la lluvia buscando setas, visita de pueblitos cercanos, buenas comiditas, tazones de té calentitos alrededor de un juego de mesa y por supuesto buena compañía.
Besotes
Jejeje, cuando vengas te doy coordenadas (por cierto, ¿cuándo vienes?). Tus escapadas suenan la mar de relajantes también. ¡Qué bien sientan estas cosas cuando entra el frío! Todo es un poco más mágico que con el calor sofocante. Mola eso de buscar setas, aunque a mí me da un poco de miedo, por eso de coger alguna venenosa…
Un besote
Me enamoré de esa casa en ruinas. Yo también me monto mil películas, algunas muy raras, siempre le digo a mi chico: por este suelo, imagina quienes caminaron. mira en esta banco, quienes se sentarían… y así en loop infinito.
Además, esa casita tiene unos detalles preciosos: Por qué la abandonarían!
Bienvenida de vuelta, Esther :)
Jajaja, ¡yo soy igual que tú! Ese es el tipo de cosas que me pregunto cuando entro en un sitio así. No sé por qué la abandonarían, pero es una pena, porque está bastante en ruinas y se acabará viniendo abajo… ¡Ay!
Besitos, guapa ;)
que pasada, que ganas de esoooo, desconexion total
A veces hay que proponérselo y hacerlo, ¡aunque sólo sean un par de días!
Eso siempre viene bien ;)
Menudo sitio, las casas cueva abandonadas me las apunto!!
Y tanto, aunque ahora que estoy de vuelta, creo que necesitaría al menos una semana ;)
Un besote
Qué bien sienta el aire puro del 1.0!!
También me pirran las casas abandonadas… si son caserones, castillos, …, ya es el paraíso :D
Sí, tienen su punto mágico. Aunque reconozco que soy una cagona y que si entré en ésta es porque era de día, iba acompañada y estando en medio del campo no era muy probable que hubiese gente dentro. Yo siempre fui de las que no se atrevía a entrar a las ‘casas encantadas’ que visitábamos de pequeños…
Jijiji pues yo era de las liantas con ideas de bomberon;)
No te preocupes por la demora, de vez en cuando todos necesitamos desconectar del mundo y de la tecnología que nos tiene tan atrapados y que nos demuestra que no se acaba la vida por ello.la sierra granadina es preciosa y me alegro que hayas aprovechado para respirar aire puro. Un bezazo enorme. ♥♥♥♥
¡Ay, sí! Lo he disfrutado un montón, aunque haya sido cortito :) A veces es necesario hacer altos en el camino.
Un besote gordo :D