Caja de luz DIY para fotos bonitas

Caja de luz DIY_ tutorial

#PlayItLoud!

Hablando de luz, años luz hace que debería haberme puesto con esto. La cajita en cuestión estaba en mi lista de tareas pendientes casi que desde antes de inaugurar el blog (y ya van 99 post, señores). Mira que reconcomía la pena cada vez que, cámara en mano, me topaba con esos fondos no deseados, con las luces y las sombras incontrolables y el no poder enfocar al objeto protagonista desde según qué ángulo por miedo a que el tendedero se colase en la foto.

Pero ya se acabó. La semana pasada desterré esa mezcla de miedo y pereza que me daba ponerme con el asunto y me fabriqué mi propia caja de luz. Es muy pero que muy fácil y no se tarda más de quince minutos (y ya es mucho).

Vamos allá. Para fabricar nuestra propia caja de luz necesitaremos:

  • Una caja de cartón de las medidas que consideréis oportuno (depende si vais a fotografiar cosas pequeñitas o algo más grandes)
  • Un cúter
  • Papel vegetal, vale el papel de horno del súper (si la caja no es excesivamente grande, basta con tres pliegos)
  • Una cartulina blanca
  • Cinta adhesiva (celo de toda la vida)
  • Lápiz y regla y tijeras
  • 3 flexos o focos de luz pontentes

¿Tenemos todos los materiales? Pues entonces, manos a la obra:

  1. Para empezar, seleccionamos la caja y le cortamos las tapas. Mucho cuidado con el cúter, que va bien ligero y nos puede jugar una mala pasada.
  2. Una vez la tengamos, dibujamos tres rectángulos (dos laterales y uno superior) y dejamos un margen de unos 3 centímetros, como mínimo, hasta el borde. Recortamos de nuevo con el cúter.
  3. El siguiente paso es cubrir con papel vegetal cada uno de los huecos que hemos hecho en la caja (por la parte exterior). Por mi experiencia, os diré que este tipo de papel y el celo no se llevan muy bien, así que aseguraos de pegarlo bien y poned tanta cinta adhesiva como haga falta, porque se escapa con facilidad.
  4. Pegamos la cartulina en el interior dejando una curva que nos ayudará a evitar bordes y esquinas en la foto (medir el interior de la caja y ajustar la cartulina si es necesario).
  5. Ya sólo nos queda colocar tres focos de luz apuntando desde bien cerca a cada uno de los rectángulos de papel vegetal, colocar el objeto a fotografiar en el centro de esté mini estudio y darle al botón de la cámara.

Caja de luz DIY resultado

¡Magia! Nuestro objeto parece estar suspendido en medio de la nada. Se acabaron los quebraderos de cabeza, los lamentos en días de lluvia y los ángulos prohibidos. ¡Ya soy dueña y señora de mi propio mini-estudio fotográfico!

¿Qué os parece? Yo estoy bastante contenta y creo que me ayudará mucho a la hora de hacer según qué fotos.

Hoy no me despido sin antes comunicaros que el miércoles será mi post número 100OMG!) y para celebrarlo por todo lo alto, vendré cargadita con algunas sorpresas, así que queda terminantemente prohibido no pasar por aquí.

¡Que tengáis un gran día!

fin post-

 

Anuncio publicitario

Helado casero de yogur, chocolate y cookies

Helado casero 1er:p#PlayItLoud!

Definitivamente, los lunes no son tan malos cuando te propones nuevos retos, sobre todo si éstos son fáciles y, además, están de rechupete. Si hace algunas semanas os hablaba de mi primera vez con el pan casero, hoy, aprovechando este calorcito que ya pica (pese al súper chaparrón que nos cayó ayer), me atrevo con el helado hecho en casa. Y no contenta con eso, os traigo otros dos mini-tutoriales, por lo que hoy tenemos un 3 en 1. Abróchense los cinturones, que empezamos.

Helado casero ingredientes

La receta que he elegido es muy fácil y se hace en un plis-plas (5 minutos y al congelador). La original podéis encontrarla en este post de PequeRecetas, sólo que yo he cambiado el brownie por las cookies y, además, he añadido chips de chocolate negro (¿parece que miento si os digo que no soy nada chocolatera?). Yo no tengo heladera en casa, así que os dejo los pasos para la elaboración tradicional:

A partir de los ingredientes de la foto de arriba, mezclamos en un bol los yogures con el azúcar y el cacao y batimos hasta que la mezcla sea homogénea (reservamos las cookies y los chips de chocolate). Vertemos en un recipiente adecuado y lo metemos en el congelador. Con el fin de evitar que el helado se cristalice, después de una hora lo sacamos y volvemos a batir, así hasta tres veces. En la última, añadimos las galletas y el chocolate y repartimos bien (de esta forma, al estar más espeso, conseguimos que los trozos no caigan al fondo, como ocurriría si los mezcláramos al principio). Llevamos de nuevo al congelador durante varias horas antes de consumirlo (recomendable sacarlo unos 15 minutos antes). ¡Así de fácil!

Helado casero resultado

Como sugerencia de presentación, yo opté por crear una cesta con un plato de papel y un poco de washitape, más fácil imposible, y bien resultona para cualquier cosa que queramos meter dentro, fruta, gominolas o cucuruchos de helado. Os dejo aquí las fotos del proceso, pero podéis ver el tutorial en el precioso blog de Sarah Hearts (que me ha robado el corazón este fin de semana).

cesta plato de papel paso a paso

Y para los conos, cucuruchos hechos con papel bien bonito (estos son de Tiger, si es que lo que no encuentres allí…). Para ello no hay más que dibujar un círculo, dividirlo en tres partes iguales y trazar otro círculo pequeñito en el centro, recortar y envolver el cono, fijando el papel con cinta adhesiva de doble cara.

helado casero papel cucurucho

Y tras todo esto, no queda más que disfrutar de un cremoso y refrescante helado casero, con la satisfacción que produce saborear cualquier receta hecha por una misma. Como bien diría Hannibal del Equipo A: me encanta que los planes salgan bien.

Helado casero cucurucho

Helado casero resultado 2

¿Qué me decís? ¿Nos comemos el lunes con un poco de chocolate?

fin post-

 

Encuadernación pro en casa

encuadernación bind it all 1#PlayItLoud!

Que los flechazos materiales existen es algo que todo sabemos. De hecho, pese a que pueda sonar frío y superficial, son mucho más abundantes que los flechazos entre personas, y el lado bueno es que puedes sufrir mil al día sin la sensación de estar traicionando al anterior. Yo no he calculado mi promedio de flechazos diarios, pero me temo que si lo hago, la cifra sería bastante elevada. Pues bien, el año pasado me encandilé de esta encuadernadora cuando la vi en el blog de Nini, Bonituras de corta y pega, y fue un amor a primera vista de los fuertes, de esos que te hacen decir «la quiero y tiene que ser mía». Poco después tuve la oportunidad de hacerle una visita a su dueña en aquella escapada al DIY Show de la que ya os hablé, y supe que era amor verdadero cuando la tuve en mis manos.

La preciosa encuadernadora Bind it All en rosa pastel se fue directa a la primera posición de mi wish list y fue mía cuando mi fantástico señor Wayne me la regaló en nuestro aniversario (¡hurra!). He tardado bastante en usarla, pero como toda buena cosa que se hace esperar, ha merecido mucho la pena.

encuadernación bind it all 2

Lo primero que hice fue diseñar la imagen de las tapas. En esta ocasión decidí dibujar una frase divertida que me inspirara en mi misión craft, así que me fui de cabeza a por ese «I’m Crafty and I know it», que para mí tiene un significado muy especial.
encuadernación bind it all 3

Hacer los agujeros no es del todo difícil, pero hay que ser bastante cuidadoso y poner en práctica un par de truquitos necesarios para alinearlos, lo cual será fundamental a la hora de completar la encuadernación. Se requiere un poquitín de paciencia y ganas de disfrutar de lo hecho a mano.

encuadernación bind it all 7

Et voilà. Este es el resultado del proceso. Estoy tan contenta y orgullosa que no puedo dejar de mirarla, ni esperar a llenarla de ideas bonitas. ¡Ay, si yo hubiese tenido esto en mi poder en mis años de estudiante! Habría sido la envidia de la clase y me habría ahorrado una buena pasta en la papelería del pueblo.

encuadernación bind it all 5

encuadernación bind it all 4

encuadernación bind it all 6

¿Qué os ha parecido? ¿No es para enamorarse en bucle? Yo, a estas alturas, ya estoy perdida y no puedo más que reconocer que el mundo del craft me ha convertido en una ‘Material Girl’ (#PlayItLoud!), pero es que, cuando además te conviertes en la creadora del objeto, sienta tan bien…

¡Hasta el viernes!

fin post-

El reto del lunes: pan casero

Pan casero#PlayItLoud

Yo vengo de una familia de tradición panadera. En el pueblo de mis padres, mi abuelo siempre fue conocido como Salvador el Molinero, por el molino de harina que tenían y a partir del cual se inició la trayectoria de los Sepúlveda en el mundo del pan. Como en todo negocio familiar, tanto mi padre como cada uno de sus hermanos aprendieron el oficio, pero fue uno de mis tíos el que se hizo cargo de la panadería que aún hoy abastece de pan y dulces a la gente del pueblo (con su horno de leña, del que salen las roscas más ricas que jamás se hayan podido probar). Por extensión, y siguiendo esa regla no escrita pero sagrada en todo pueblito bueno y chiquitito que se precie, yo también debía tener un mote, así que para los mayores soy la nieta de Salvador el Molinero y para la gente de mi edad la prima de Antonio el del pan (hubo quien intentó rebautizarme como la panaera, ojo, pero por suerte aquello nunca cuajó, gracias…).

pan casero ingredientes

La cosa es que quitando algún tonteo infantil con un par de bollos de pan que mis tíos me dejaron meter en el horno, por eso de poder decir yo he hecho pan, y las peleas de masa que disputaba con mis hermanos y mis primos cuando nos quedábamos solos en la panadería, nunca me había interesado demasiado por este mundo. Pero lo que tiene la creatividad es que cuando despierta a lo grande no se conforma con un sólo registro, necesita investigar, probar, alcanzar nuevos éxitos (y fracasos) y seguir practicando.

pan casero 2

Hace unos días echaban en la tele un reportaje sobre el mundo de la cocina y uno de los temas que tocaron fue el del pan casero. Y fue entonces cuando me picó la curiosidad, tanto, tanto que decidí que sería una de las cosas que tenía que intentar casi de forma inminente. Así que aquí me tenéis hoy con mi primer bollo de pan casero y una receta tan facilita que os parecerá hasta mentira, pero doy fe de que funciona y os garantizo que es tremendamente satisfactorio comerte una rebanada de un pan que has hecho tú con tus manos y en tu horno, sin aditivos ningunos. Es magia.

pan casero receta

Para no complicarme demasiado la vida con mi primera vez, he buscado recetas con un nivel de dificultad apto para principiantes y, de todas las que he visto, me quedo con ésta de La Cocina de la Abuela, que ha sido la que yo he adaptado para darle vida a mi primer bollo de pan casero. He de decir que nunca pensé que fuera tan fácil poder hacer algo así (os aseguro que después de haber cocinado cupcakes en más de una ocasión, esto es pan comido, nunca mejor dicho).

pan casero horno

Lo más importante, si os animais a seguir la receta, es respetar los tiempos de espera que se marcan, ya que son necesarios para el correcto proceso de fermentación. Así que lo mejor es que os reservéis una mañanita en la que podáis combinar el horno y la lectura, por ejemplo, para que no os dé la prisa por quererlo ver terminado y que toda la operación se os vaya al garete (para impacientes crónicos, también es muy recomendable ésta receta de Isasaweis, que no requiere fermentación).

pan casero 3

En cuanto a la forma, podéis darle la que queráis: rosca, bollo, barrabaguette, o incluso ir más allá y hacerlo aún más creativo con siluetas que resulten atractivas para los niños grandes y pequeños. Eso también forma parte de la diversión.

pan casero miga

A mí, después de este primer intento con resultados satisfactorios, me quedan muchísimas ganas de repetir y seguir experimentando. Para la próxima quizás me atreva a mezclar distintos tipos de harinas y también añadiré algunas semillas y frutos secos, así me marco un pan multicereales, que son los que más me gustan.

pan casero receta fragmento

¿Qué os parece? ¿Habíais probado alguna vez a preparar pan casero? En ese caso, os animo a contarme cuál vuestra receta favorita e infalible y así nos echamos una mano y seguimos aprendiendo.

Los lunes con pan son menos lunes, así que hoy toca comérselo.

PD. Esta tarde me asomaré de nuevo por aquí con los resultados del Sorteo VIP con Superpoderes, así que estad bien atentos, que igual toca ;)

fin post-

Caligrafía para principiantes

#PlayItLoud!

Empecé la aventura del blog hace ya casi seis meses, sin embargo la planificación comenzó hace más de un año, y puede que esto sea muy poco, lo sé, pero también es mucho (aunque aún está muy lejos de ser demasiado), y es que de primeras nunca sabes cómo va a salir, si tendrás ideas suficientes y ganas de llevarlas a cabo, si el resultado será medio decente para poder enseñarlo (aunque los post sobre fails también se hacen necesarios, que somos humanos y erramos) y sobre todo si la constancia, que tantas veces te ha dado esquinazo, decidirá quedarse contigo de una vez por todas.

Caligrafía principiantes

Cuando por fin me decidí a saltar al vacío, os contaba que Cortar Pegar y Cantar era, entre otras cosas, un reto personal y multidisciplinar. Como buena asidua a bucear por este océano de blogs y webs infinitos como el universo, cada día me enamoro de cien proyectos distintos y creo notas mentales y físicas con las técnicas a investigar, que uno a mis ideas para adaptarlas a mi estilo y llevarlas a cabo. En este último año he hecho muchas cosas por primera vez, he rescatado momentos creativos de mi infancia y he añadido más experiencia y conocimiento a lo que ya creía saber hacer. Y esto no ha hecho más que empezar, os lo aseguro.

Mi reto personal de hoy es la caligrafía. Pese a que actualmente contamos con un sinfín de tipografías gratuitas que recrean mil y un tipos de letra, no puedo dejar de admirar el arte de dibujarlas con tus propias manos. Yo, que no he practicado un sólo ejercicio caligráfico desde que abandoné los cuadernillos Rubio, he echado mano este fin de semana de una pluma preciosa que me regalaron mis fantásticos cuñados hace un par de años y me he pasado unas cuantas horas surcando el universo Youtube en busca de los mejores tutoriales, tan buenos que pudiesen conseguir que alguien tan verde como yo en el asunto consiguiera crear algo medio decente.

caligrafía principiantes 3

Si hay algún experto de la materia en la sala, seguramente podrá apreciar cierto grado de fullería en los trazos, fruto de mi inexperiencia y de un pulso temeroso (y ya de por sí algo inquieto), pero, ¿sabéis qué? Yo me apunto un tanto por querer seguir aprendiendo y exponerme con igual disposición al éxito y al fracaso.

califrafía principiantes 2

Hoy parezco dispuesta a soltaros un discurso motivador y, mira tú por dónde, además es lunes, así que me permito esa licencia. A veces es necesario abandonar nuestra zona de confort y marcarnos nuevos retos, no tiene que ser nada descabellado, las pequeñas cosas son perfectamente válidas. Juega, investiga, explora tu creatividad y, sobre todo, aprende, que ese proceso no acaba nunca.

¡Hala! ¡Feliz lunes!

PD. Os dejo los links de los vídeos que más me han ayudado, por si os animáis a practicar (es divertido y relajante, ya me contaréis…).

  • A partir de éste vídeo podréis ver de la A la Z (mayúsculas y minúsculas) cómo escribir en Copperplate.
  • Aquí tenéis un alfabeto en minúsculas de los más sencillos.
  • Y esto es algo que espero poder hacer algún día, lo fácil que se ve…

 

¡Tela marinera! Decora tus propias zapatillas

#PlayItLoud!

Llevaba ya un montón de tiempo con el gusanillo de tunearme alguna prenda. Unos vaqueros, una camiseta, una tote bag o unos zapatos, por qué no. La semana pasada, en una de mis visitas esporádicas, pero fructuosas al Lidl, me topé con unas zapatillas blancas la mar de baratitas (creo recordar que alrededor de los seis o siete euros) y los ojos me hicieron chiribitas. Objetivo a la vista. Saliese bien o mal, mi intrusión en el mundo textil estaba a punto de comenzar.

Zapatillas print anclas DIY

Para esta primera vez, he utilizado una tinta azul permanente para múltiples superficies de The Yellow Owl Workshop que tenía en casa, y he tirado de maña y pulso para fabricar mi propia sellito. Últimamente tengo un poco de fijación mental con las anclas, así que este fue el motivo que elegí para mi gran aventura. Como quería que fuese pequeñito, me costó lo suyo dar con el definitivo (la vencida fue a la tercera), pero al final lo conseguí. El dibujo se veía nítido y sin bocados en las líneas, como me ocurrió con los primeros.

Zapatillas print anclas proceso

Y una vez preparados todos los materiales, a estampar. Empecé con mucho miedo, mojando el sello cinco veces antes de cada aplicación y esperando varios segundos antes de levantarlo del zapato, pero una vez te pones, acabas estampando cual notario, poseída y, en mi caso, con una cierta enajenación asimétrica transitoria. Pero mira, al menos conseguí no emborronarlos y si no te fijas demasiado, eres incapaz de percibir que, en cada zapatilla, el número de anclas por fila y su orientación van por libre.

Zapatillas print anclas DIY 2

 

Zapatillas print anclas DIY resultado 2

Zapatillas print anclas DIY final

Misión cumplida. Soy consciente de que puede que el señor Amancio no me llame de urgencia para pedirme que trabaje en su departamento de diseño, pero a mi fondo de armario zapatil le va a venir de perlas contar con este par de marineras para el periodo de entretiempo. Yo me lo he pasado bien y hasta me gusta el resultado. Primera, que no última. Habrá que seguir probando.

¡Feliz lunes!

fin post-

Lunes dulce: Tarta Tatín ilustrada

Recetas CPyC

#PlayItLoud!

A la hora de comer, soy mucho más de salado que de dulce. Prefiero llenarme con los primeros y los segundos antes de llegar al postre y prescindo de él con mucha frecuencia. Sin embargo, en la cocina, me divierte más la repostería (ya os lo contaba en el post de las galletas).

Como en toda buena receta, la combinación de los ingredientes es importante. Crear algo dulce de la nada tiene su puntito de magia y también una pizca de adrenalina. Hablo de la primera vez. Cuando sigues cuidadosamente los pasos sin estar muy segura de que vayas a conseguir algo parecido a la foto de la receta que has elegido, que es la más preciosa de todas las opciones que el señor Google te ha presentado (qué nos gusta ponernos el listón bien alto antes de empezar). Y mientras mezclas, combinas y cocinas te acompaña siempre ese miedo a no ser capaz de conseguir algo medianamente comestible.

La receta que os traigo hoy es muy, muy fácil y se hace en un rato. Tiene muy pocos ingredientes y el resultado es brutal. Ni yo misma creía que fuese a estar tan rica antes de probarla. Este post va dedicado a mi amiga Lili, que vive en París, pero con quien, gracias a ese invento del demonio que es el WhatsApp, me comunico audiovisualmente casi a diario. Fue ella quien me pasó la receta después de enseñarme cómo le había quedado y de asegurarme que estaba mucho más buena de lo que una, inicialmente, puede pensar. Así que no me quedó más remedio que ponerme manos a la obra.

¿Empezamos?

Tarta Tatín de manzanas:

Tarta tatín Ingredientes.001Éstas son las cantidades que yo usé en concreto, y acabé contenta con el resultado. La masa quebrada la compré ya hecha en el supermercado, pero también encontraréis recetas en las que os indican cómo elaborarla de forma casera.

Proceso:

  1. En un molde (apto para fuego y para horno – yo usé una sartén honda de unos 24cm de diámetro. Si tiene mango de plástico, basta con desmontarlo para trabajar únicamente con el metal) calentar la mantequilla y el azúcar, sin dejar de remover hasta convertir la mezcla en caramelo. Muy importante no dejar que se queme o la receta se nos habrá ido al traste.
  2. Pelar, descorazonar y cortar las manzanas en cuatro o seis pedazos y disponer sobre el caramelo líquido de la sartén/molde, de modo que cubra toda la superficie y no quede apenas espacio entre ellos.
  3. Para acelerar la cocción, cubrir con papel de aluminio y dejar que las manzanas se cocinen en el caramelo durante unos 5 o 10 minutos a fuego fuerte, hasta que estén blandas.
  4. Mientras tanto, precalentar el horno a unos 190º.
  5. Apagar el fuego y cubrir las manzanas y el caramelo con la masa quebrada, remetiendo los bordes con cuidado de no quemarnos.
  6. Hornear alrededor de 25 o 30 minutos o hasta que observemos que la masa se ha cocinado y tiene un tono dorado (además veréis que el caramelo empieza a subir por los bordes).
  7. Dejar reposar unos cinco minutos antes de darle la vuelta, para que el caramelo coja algo de consistencia. Al volcarla sobre un plato, hay que tener muchísimo cuidado, ya que el líquido estará muy caliente.
  8. Servir templada y, si gusta, acompañar con nata montada o helado de vainilla (o del que os plazca, pero como recomendación diré que, dado que la tarta es muy, muy dulce, mejor la combinéis con algo que no lo sea tanto).

Tarta tatín

Riquísima y altamente recomendable si tenéis alguna merienda a la vista y aún no habéis decido qué preparar. Os aseguro que será un éxito seguro y más de dos os pedirán la receta – y es aquí cuando debéis recomendar mi blog ;)

Os dejo también unas fotos reales del proceso, para que os hagáis una idea de los pasos y del resultado.

tarta tatín proceso

tarta tatín resultado.001

¿No se os hace la boca agua?

¡A comerse el lunes!

fin post-

Chalk paint DIY – Una de aventuras y muchas desventuras

#PlayItLoud!

Me había propuesto publicar este post tanto si el resultado final de mi experimento era un hit como si era un fail. En el primero de los casos, el porqué es obvio. En el segundo, porque mis buenas horas le he echado al asunto y a veces de los errores se aprende y compartir los fallos desahoga e incluso puede servir para echar un cable a otras personas. Lo que finalmente ha sido… Juzguen ustedes mismos. Yo, por lo pronto, os pongo en antecedentes.

Chalk Paint DIY.007

Si sois algo asiduos a este mundo de lo hecho a mano, los blogs y las cosas bonitas, seguro que habéis escuchado hablar de esa pintura mágica, mundialmente conocida como Chalk Paint (creación de una señora llamada Annie Sloan, experta en pintura decorativa, a quien no le debe estar yendo nada mal con el invento – podéis leer más acerca del tema aquí). E igual también os habéis topado con algún post que os cuente fórmulas caseras para imitarla (yo aterricé en éste, donde lo explican muy bien).

Muy resumidamente, el chak paint es un tipo de pintura cuyo acabado es similar al de una pizarra y que permite incluso pintar con tiza sobre la superficie. Es una pasada para restaurar muebles de cualquier material, ya que no requiere tratamiento previo, y el acabado que se consigue es bonito a rabiar (si escribís chalk paint en Google y vais a imágenes, veréis de qué os hablo).

Chalk Paint DIY.001

Teníamos esta mesa blanca escondida en casa desde hace un tiempo. Estaba vieja, sucia y descuidada y llevaba unos meses pidiéndome a gritos ser mi conejillo de indias en el experimento de la pintura de tiza casera. Así que finalmente me decidí a comprobar si eso del «tuneo homemade» era una realidad o se quedaba en leyenda urbana (hace un par de días me tragué un programa enterito de Los Cazadores de Mitos, así que ando emocionada de la vida creyéndome una de ellos). Tras mi experimento con la mezcla y el aplique deduje que:

  1. la mezcla de la pintura, el yeso y el agua es sencilla y apta para principiantes.
  2. es fácilmente aplicable y los defectos de la superficie a tratar se cubren con facilidad (vamos, que el chalk paint es a un mueble viejuno lo que la BB cream a mi cara un lunes por la mañana…).
  3. el resultado final da bien el pego y es cierto que tiene una textura similar a la de una pizarra.

Podemos decir por tanto que el invento funciona (Plausible! – que dirían en el programa).

Chalk Paint DIY.005

Chalk Paint DIY.002

Chalk Paint DIY.003

Pero, tiene que haber algún «pero» (aunque sea sólo mío). Y en mi caso fue el tratamiento posterior para darle a la mesa un acabado vintage (maldita moda, por más que la adore…). Mi primer error fue comprar dos colores de verde. El más claro era sólo para que se percibiese en las zonas donde pensaba lijar la pintura del tono más oscuro, pero con el blanco de la mesa me hubiese bastado…

Busquemos el lado bueno, una doble capa nunca viene mal.

chalk paint 2.001

chalk paint 2.003

El desastre total llego en el momento de lijar. Una pesadilla, de verdad de la buena. Compré un taco de lija que al dibujo de la mesa de poco le servía (¡miss ocurrencias!, tal cual), así que pronto cambié al formato papel, pero éste se desintegraba en cuestión de segundos. Y con él, mis guantes de látex. Y con ellos, casi mis dedos (no miento). Además de esto, creo que mis pulmones pueden haber quedado cubiertos por una buena capa de polvo de pintura a la tiza. Handmade. Y lo mejor de todo es que resultados, pocos. Después de sudar y sufrir con los bordes de la mesa y los dibujos más grandes, pensar en lijar la celosía me provocaba unas ganas conjuntas de gritar y echarme a llorar.

chalk paint 3.001

Al final recurrí a un remedio poco ortodoxo y no muy digno de ser incluido en los pasos de un bonito tutorial DIY. Pero, ¿qué queréis que os diga? Estaba desesperada y a punto de mandar la mesa a porra, así que cogí las tijeras y raspé, en modo poseída, los cuadraditos y los bordes menos accesibles. Y, ¿sabéis qué? Que ahora que lo pienso, debería haberlas usado desde el principio.

Un par de respiraciones profundas para recuperar la calma y cumplir el último paso: dar cera, pulir cera. Nueva intoxicación. Un consejo si queréis hacer esto en casa: usad mascarilla. Desde el paso uno.

Chalk Paint DIY.006

Chalk Paint DIY.008

chalk paint 2.002

Y finalmente… mesa lista. No es exactamente como la pintaba en mi cabeza, pero tampoco es un auténtico desastre para ser mi primer mueble restaurado… Y pensaréis, dirás más bien primero y último, o ¿es que, después de todo lo que acabas de contar, aún te quedan ganas de repetir? Claro, que lo que vosotros no sabéis es que a mí, a cabezona, no me gana nadie.

Ya por último, una cosita más, que después de tanto sufrimiento tengo que preguntar. ¿Qué os parece a vosotros?

Comentad, pero sed piadosos… :)

¡Nos leemos el viernes!

fin post-

San Valentín llama a la puerta

*Play it Loud!

Que sí… Que San Valentín es un invento comercial y que sólo sirve para despertar al monstruo consumista que todos llevamos dentro. Lo sé… Que, cuando una está enamorada, el día del amor debería celebrarse siete veces a la semana. Todo eso es cierto. Pero, digo yo que tampoco tiene nada de malo alimentar a ese yo cursilongo que todos llevamos dentro y dejar que salga a dar una vuelta. Sí, amigos con corazón de hielo, todos tenemos un lado romanticón y, si le dais una oportunidad, veréis que bailar con él un rato puede ser hasta divertido.

Yo soy una loca del amor, así que no tengo problema en confesar que, este año, volveré a celebrar San Valentín como bien se merece. Porque te quiero puede decirse todos los días, con palabras, con miradas o con actos. Se puede y se debe (si de verdad se quiere). Pero no todos los días se reserva mesa en tu restaurante favorito, o habitación en un hotelito romántico. No todos los días se regalan flores o se preparan detalles bonitos. Y, además, que si lo que duele es que esto sea creación de las grandes marcas, siempre se puede preparar algo bonito hecho a mano, o recurrir a pequeños artesanos, que sabrán ponerle todo el amor que tú quieras que lleve.

acuarela San Valentín

Este año quiero evitar que las flechas de Cúpido surquen los cielos antes de que yo tenga mi regalo listo, así que ya tengo algunas ideas en mente, pero me temo que no podré compartirlas con vosotros hasta que pase la fecha, por eso del factor sorpresa, ya sabéis.

Mientras tanto voy tonteando con el asunto y así de paso me lanzo a probar «nuevas» técnicas. Que en la creatividad, como en el amor, es importante mantener viva la llama. Hace poco compré una caja de acuarelas y aún no las había usado, así que este fin de semana me atreví a cambiar el lápiz digital por los pinceles y tuve un leve flirteo con la caligrafía. Con lo primero no trataba desde niña, y nunca desarrollé demasiado mi técnica; de lo segundo me olvidé tan pronto tuve que dejar de unir puntos en los cuadernillos Rubio.

Acuarela San Valentín-cita

acuarela San Valentín 2

Y vosotros, ¿qué pensáis del día de los Enamorados? Os invito a contarme si estáis a favor o en contra, si ya tenéis decidido vuestros regalos o si aún le estáis dando vueltas. Si sois almas libres y tenéis planes alternativos…

Es lunes, ¿empezamos la semana con buen pie?

PD. La frase de la lámina es la adaptación de una de las citas de la película «Los Puentes de Madison», y a ella va también dedicado el *play del día. Si aún no la habéis visto, no tardéis mucho. Y si sois llorones, haceros con unos cuantos pañuelos antes de empezar.

fin post-

Proyecto maceta, toma cuarenta… ¡Acción!

*Play it Loud!

No sé cuidar plantas. Lo reconozco. Soy un auténtico desastre y jamás he conseguido que una sobreviva bajo el mismo techo que yo. Eso que cuentan, que de tal palo tal astilla, falso. Tendríais que ver el maceto-huerto que mis padres tienen en casa. Ya lo quisieran muchos. Y no es sólo de los que decora, sino que, además, alimenta. Desde que alcanzo a recordar, mi madre siempre ha tenido el balcón lleno de flores bonitas: gitanillas, geranios, rosas y otras cuantas que mi cerebro, negado en estos asuntos, jamás aprendió.

Lo he intentado en unas cuantas ocasiones, y de verdad que mi intención es buena, pero hasta la fecha he fracasado por goleada. Hace ya unos cuantos años, cuando vivía en Londres, en uno de esos momentos cruciales de la vida en los que te preguntas de dónde vienes y a dónde vas, me propuse el reto de cuidar una planta. Un arbolito. Lo compré en el precioso mercado de Spitafields, y llegué a casa con el corazón lleno de esperanza y una misión por cumplir. A los pocos días, como mi casa era muy oscura, lo saqué al patio para que le diera un poco la luz. Lo encontré varios meses después, cuando volví a salir para jugar con la nieve después de una tormenta de frío polar. Pero ya no era mi arbolito, sino un puñado de ramas secas.

Antes y después de aquello, más de lo mismo. Si hasta se me ha secado un aloe vera, y eso que tira a cactus. Pero he decidido que esto tiene que cambiar. Así que tras pasar por casa de mis padres estas navidades, me traje conmigo una nueva planta. La planta. Es menta y me va a venir de perlas para la hora del té, por ejemplo. Con la intención de cogerle más cariño, compre un tiesto de cerámica blanca y algunos rotuladores para decorarla (y así, de paso, cumplir con uno de mis propósitos felices de este 2014: probar nuevas técnicas).

Lo que veis a continuación es el resultado obtenido tras mezclar una primera vez, grandes dosis de improvisación,  un pulso no apto para ladrones de panderetas y la poca movilidad que aporta pintar una maceta con la planta ya dentro (también soy un poco borrica…).

macetero cerámica final.001

macetero cerámica proceso.001

macetero cerámica final 2.001

¿Qué os parece? ¿No se merece que la cuidemos con mucho cariño?

fin post-