Postales, cuadernos y relatos ilustrados

postal-marinero-faro#PlayItLoud!

«Háblame del mar marinero». A veces la inspiración llega de la forma más tonta. El otro día me acordé de esta frase, parte de una canción de la que no conozco más que estas cuatro palabras y que ni siquiera estoy segura de saber tararear. Pero se me plantó en la cabeza y mis dedos se lanzaron a dibujar la historia de amor del marinero y la tabernera, que nunca había visto el mar y le pidió al apuesto hombre barbudo que se lo describiera.

Y él le habló de la orilla de aquella playa de la que se alejó hacía tanto, de las olas que en más de una ocasión le hicieron creer que jamás volvería a ella y de la luz de aquel faro que fue su salvación. De la calma que llega tras la tormenta, de las nubes que se disuelven y dejan ver el azul del cielo, de las gaviotas que bajan a pescar a las aguas de un mar en calma.

Y ella le escuchaba, embelesada, mientras rellenaba su jarra de cerveza y le pedía con la mirada que no callase, que le dejase soñar con el sabor de la sal y el olor del mar, con las leyendas de las sirenas y el vaivén de un barco en altamar. Que le ayudase a escapar de aquel pueblo perdido en la montaña, del sabor de la rutina y el olor de las moquetas empapadas en alcohol.

libreta-marinero

La inspiración nos ataca de la forma más tonta y nos regala trazos y colores que cuentan historias sin necesitar palabras (aunque vosotros, que ya me vais conociendo, sabéis que aún así yo las añado). Pero, pese a todo, no deja de sorprenderme cómo la mente vuela y construye episodios llenos de imaginación y fantasía a partir de una simple imagen. Éste siempre ha sido uno de mis pasatiempos favoritos y así acabé yo de cuentista.

Y entre relatos y dibujos, también me ha dado por querer enseñaros cómo pintaría la historia del marinero y la tabernera en forma de postal, de esas que deberíamos seguir enviando cada vez que nos escapamos de viaje. O en forma de libreta, como un de cuaderno de bitácora en el que escribir y pegar fotos y recuerdos bonitos de cada escapada.

Así me despido hoy, entre dibujos y relatos, para empezar la semana dejando escapar a la imaginación y pedirle que vuelva cargada de historias y un montón de inspiración.

¡Feliz lunes!

fin post-

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