Reduciendo la dosis

banderín la vida es una aventura

#PlayItLoud!

Puede que, hasta la fecha, éste sea el post que más me vaya a costar escribir. Si sois de los que pasáis por aquí con frecuencia, ya sabréis que siempre publico lunes, miércoles y viernes, y quizás os hayáis dado cuenta de que en las últimas semanas hay días en los que no he acudido a alguna de esas citas. También vengo repitiéndome la cantinela de que el tiempo no me da de sí y las musas no se prodigan demasiado…

Yo lo digo en plan broma, pero mi vida 2.0 hace aguas y como no quiero naufragar ni, por asomo, abandonar esta aventura, he decidido aligerar el peso. Así que, de momento, voy a pasar a publicar un sólo día a la semana en lugar de tres. Y digo que me cuesta escribir esta entrada porque me da un poco de rabia, porque durante un año y medio he conseguido asomarme puntual a casi cada cita, y tener que bajar el ritmo no era algo que quisiera incluir en mis planes, pero ahora mismo lo necesito.

Lo necesito para volver a dibujar con ganas y a contaros cosas que merezcan ser leídas (que, como siempre, serán mis historias y desvaríos varios, pero quiero poder escribirlos con tiempo e ilusión y no a la bulla y corriendo). Lo necesito para poder seguir aprendiendo cosas nuevas y no estancarme en lo que ya me sale bien. Lo necesito para poder invertir una pequeña parte de mi tiempo en no hacer nada sin sentirme culpable. Lo necesito para poner un poco de orden en este rinconcito mío al que, en cierto modo, no permito evolucionar. Lo necesito para no perderme algunas cosas de mi vida 1.0 (no dejéis que se os escapen cosas de la 1.0).

Y es por eso que a partir de ahora y hasta que mi día a día me lo permita (no caeré en el error de ponerme fechas), estaré por aquí cada lunes, con mis ilustraciones y mil historias por compartir, de las que espero que aún queráis formar parte.

Me despido antes de ponerme sentimentalmente profunda, que yo soy de esas… Pero antes me permito desearos un fin de semana la mar de feliz.

Disfrutad de los vuestros y reíd todo lo que podáis.

P.D. Repito ilustración, pero no se me ocurre mejor mensaje para la entrada de hoy…

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Desencuentros con mi agenda

calor y helados#PlayItLoud!

Épocas de toros que corren tanto que siempre me acaban pillando, de musas salieron a comprar cigarrillos y nunca más regresaron, de relojes que engullen las horas como si el día ya no tuviese veinticuatro (¿seguro que el gobierno no ha hecho recortes en el tiempo?). Me salto citas a las que no quiero faltar y no es por falta de ganas.

Podría daros mil excusas más que no lo son tanto, pero tampoco voy a convertir esto en el cajón de mis frustraciones acerca del espacio y el tiempo. Así que sin más me asomo, para no faltar también a la cita del viernes, y lo hago pensando en sol, calorcito y helados, que es a lo que invita esta ola de calor que nos ha pillado casi in-fragantis, con el armario a medio camino entre la primavera fresquita y temperaturas más propias del más fuerte de los agostos.

Yo empiezo a arrastrar un maravilloso resfriado, producto de la combinación de aires acondicionados y el ‘terral’ malagueño (esa sensación de que al salir a la calle te plantan cien secadores con viento caliente en la cara), y no puedo más que pedirle al reloj, que ahora sí, coja carrerilla y se plante en las seis de la tarde, para regalarme un buen puñado de horas de no hacer nada por obligación.

Y pese a no estar obligada yo me prometo sentarme con la agenda y poner orden en mi vida creativa, antes de que las vacas se hagan más flacas. Ordenar todos los proyectos que tengo en mi cabeza y darles forma, para así poder empezar a compartirlo con vosotros, que de eso sí que tengo ganas. Y dejar de lamentarme porque las musas vuelan y el tiempo corre, coger al toro por los cuernos y recuperar la calma.

Pasad un fin de semana genial.

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Planes de fin de semana

escápate, es viernes
#PlayItLoud!

Quería haber empezado (y acabado) esta entrada hablando de algo divertido, apasionante, interesante. Pero como esos cantantes que cuentan con música su hazaña fallida por escribir la canción más bonita del mundo, yo hoy no doy para mucho más que para alabar las bondades del viernes, que al menos promete tiempo libre y descanso.

Silenciar el despertador un par de días y vivir al ritmo que marquen mis constantes vitales. Sacar algún que otro ratito para estirar el cuello, cerrar los ojos y, cual caracol, disfrutar de este sol maravilloso y de unas temperaturas quasi-veraniegas (nota mental – y escrita – desempolvar mis pintauñas y darle color a mis pies; desterrar las medias al fondo del cajón; preparar mi piel para el verano – por favor no se me olviden del protector solar).

Por aquí hace tiempo de playa y la orillita del mar goza ya de un buen puñado de sombrillas, toallas sobre la arena y familias con el pack completo de mesas, sillas, neveras y un buen cargamento de filetes empanados y tortillas de patatas. Aunque yo aún no me he atrevido a lucir palmito en bañador. Y es que, un año más, llego tarde a la operación bikini. Pero como vale más tarde que nunca, estoy en pleno proceso de coger el hábito de salir a andar. Una buena caminata de pasitos rápidos y que el tono vaya llegando a su ritmo, sin fechas impuestas ni objetivos disparatados.

Quizás busque algún momento para seguir jugando con mis acuarelas, sentada en el patio bajo el sol, con una cerveza fresquita y algo de música de fondo (sí, esto suena tan bien, que definitivamente tengo que buscarle un rato).

En resumen, este fin de semana me escapo, me escapo del mundo aunque sea desde el sofá de casa. Aparco la rutina para que ésta me vaya cogiendo fuerzas, que el lunes se nos vuelve a presentar en un santiamén y, no sé vosotros, pero yo prefiero recibirlo con una sonrisa, así que a disfrutar del tiempo libre.

¡Hasta el lunes!

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Una semana loca y fresas de temporada

fondo de pantalla temporada fresas#PlayItLoud!

Volvemos a la carga después de una semana un tanto loca. La vida es una carrera de fondo y si a eso le añades un blog, los obstáculos se vuelven más altos y a no ser que cojas buena carrerilla, cuesta saltarlos. Y eso que empecé el lunes poniéndole mucho énfasis a lo del café, pero esta semana ni nadando en un tanque llenito de ese dichoso líquido. Seguro que quienes compagináis realidades 1.0 y 2.0 sabéis de qué hablo.

Pero no vengo a excusarme ni a contaros milongas. Mejor celebramos que es viernes y pensamos en cosas bonitas. Como todo lo que puede caber en un fin de semana libre después de una semana de madrugones y obligaciones. No es que las predicciones meteorológicas auguren días de sol  y cielos limpios, pero las temperaturas pasarán de los veinte grados y empieza a oler a primavera (por aquí casi no hace falta llevar chaqueta y, a veces, hasta la rebeca sobra).

wallpaper fresas2

Y como en la primavera andaba yo pensando, me dio por investigar cuáles son las frutas características de esta temporada, quizás con la intención de completar el catálogo estacional que inicié con las del verano (y que podéis ver aquí). Todos los resultados que me ha dado el señor Google hablan de fresas y fresones y a partir de ahí, mi cabeza ha viajado hasta ese fotograma de la dulce Amelie, que he acabado adaptando y convirtiendo en un fondo de pantalla para el móvil, todo vuestro si queréis usarlo.

No tiene ninguna complicación, podéis acceder a la imagen en su tamaño completo pulsando sobre la primera imagen de esta entrada y desde ahí guardarla en vuestro teléfono y asignarla como fondo de pantalla.

Espero que os guste y si os la lleváis para usarla, será un placer que me lo contéis en los comentarios de aquí abajo y ya, de paso, podemos hablar de los planes para este fin de semana o de lo que más os plazca.

¡Hasta el lunes!

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Semana Santa y huevos de Pascua

Semana Santa torrijas#PlayItLoud!

Antes de empezar reconoceré que el título de este post tiene trampa, porque hoy la cosa no va de huevos. Pero es que cuando comencé la ilustración que os enseño hoy, mi intención era unirme a esa ola de adorables huevos de Pascua que estos días inundan las redes y quizás acompañarlos de algún que otro conejito, que también se estila mucho por estas fechas.

Pero entonces me dio por pensar que poco podría yo contaros con ese dibujo, por muy preciosos que me hubieran quedado ambos. Y es que yo eso de los huevos y los conejos de Pascua no lo he vivido nunca. Para mí la semana Santa sabe a torrijas con miel, de esas que engordan con sólo mirarlas y que, además, son facilísimas de hacer en casa, a pestiños y a huesos de santos.

También a arropías, aquellos palos dulces y retorcidos de distintos colores que vendían en pequeños puestos justo antes de que pasaran las procesiones. Puedo verme pidiéndole a mi madre unos cuantos durillos para comprarme una y correteando por entre la gente que se agolpaba en las aceras de mi calle, buscando el mejor sitio para ver pasar a los tronos.

Lo cierto es que no soy nada «capillita», como suele decirse, y con los años mi interés por la Semana Santa ha quedado reducido a cero. Sólo con decir que he vivido en Málaga casi nueve años y no he visto ni una sola procesión aquí (además de que hace dos años me quedé atrapada en el centro de la ciudad por culpa del cruce de no-sé-cuántos pasos y se me quitaron las ganas de volver a pasar por allí en estas fechas tan señaladas).

Pero cuando era más pequeña sí que me gustaban mucho las de mi pueblo, que son más de andar por casa, y me encantaba bajarme con mi madre a la calle a verlas pasar. Aunque un año, cuando ya era algo más mayor, en uno de esos «al cielo con ella» a punto estuvo de caérsenos encima el palio de una Virgen. Creo que fue ahí cuando la Semana Santa y yo rompimos. También le tuve cierto aprecio en mi adolescencia, cuando la excusa de ir a ver el encierro de los pasos me permitía rascarle un par de horillas más a mi toque de queda, aunque el único encierro que yo practicara fuera el de atrincherarme en un bar (tú esto ya lo sabías, ¿verdad, mamá?).

Y nunca me olvidaré de aquel episodio en el pueblo de mis abuelos, pese a que no debía tener más de cinco o seis años, en el que mi madre accedió a vestirme de mini-nazareno para acompañar a la procesión del Santo Entierro y apenas empezó comencé a berrear y a pedir que me sacaran de allí porque tenía el firme convencimiento de que nos iban a enterrar a todos (lo que no recuerdo es de dónde me saqué aquella idea).

Ya veis, luces y sombras de las semanas santas de mi vida. Y vosotros, ¿tenéis alguna historia que recordéis con cariño? ¿Alguna tradición que año tras año llevéis a cabo? 

Pasad un fin de semana genial y quienes tengáis la suerte de pillar vacaciones, disfrutadlas al máximo. Yo os espero el lunes por aquí con el nuevo calendario descargable.

¡Hasta entonces!

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Supersticiones y días trece

supersticiones

#PlayItLoud!

¡Por fin es viernes! Viernes 13. Y pese a que por estos lares el día de la mala suerte comparte ese mismo número, pero cae en martes, con esto del gusto por todo lo que viene del otro lado del charco ya se viene percibiendo a gente que recela de días como hoy. Así que aprovechando la fecha, vamos a hablar de supersticiones.

Yo no soy demasiado supersticiosa, pero reconozco que evito muchas de las cosas que se consideran como tal y que, a parte de las ya establecidas, tengo muchas manías tontas a las que atribuyo cierto carácter de suerte. Por ejemplo, nunca me despido diciendo adiós, cuando me lavo los dientes siempre acabo bebiendo tres buchitos de agua directamente del grifo y ésta, de la que tanto me reí al descubrir que también le pasa a la gran Volatil, Agustina Guerrero, el papel higiénico una vez colocado en el baño, debe caer siempre por delante (podéis ver su viñeta aquí).

Pero ahora pasemos a esas tan popularmente conocidas y grabadas a fuego desde que apenas levantamos un palmo del suelo.

gato negro - supersticionesDe las más conocidas popularmente tenemos al pobre gatito negro, con el que pocos quieren cruzarse. Cuentan que se le consideraba la reencarnación del diablo, de ahí el miedo. Yo no es que le tenga mucha manía a ésta, pero reconozco que cada vez que veo uno por la calle no puedo evitar pensar en la superstición. Pero en realidad son tan bonitos… Ahora, tengo una amiga que tiene un gato negro en casa y a mí me da pavor, pero es que es gigante y los gatos y yo nunca hemos sido muy buenos amigos, aunque reconozco que esto va cambiando poco a poco…

escalera - supersticiones

Pasar por debajo de una escalera. Ésta me recuerda más a cuando era pequeña porque estaban siempre los niños que desafiaban a la supuesta mala suerte que provoca el gesto. La cosa viene del triángulo que ésta forma al estar abierta, ya que dicha figura geométrica siempre se ha considerado un símbolo sagrado, por lo que atravesarla era visto como un sacrilegio. Yo no paso por debajo de escaleras abiertas, pero no es por miedo o superstición, es porque sinceramente, no le veo la necesidad.

espejo roto-supersticiones

Los espejos rotos. Ésta me gusta poco, lo confieso. Por suerte (ahí me delató la superstición) nunca se me ha roto ninguno y suele darme cosa hasta que se me caiga al suelo la cajita del maquillaje o el colorete, por miedo a abrirla y que se haya roto. De hecho nunca sé que hacer con las que se me acaban porque me da no-se-qué tirarlos y acabo acumulando cajas vacías de maquillaje con espejitos a los que no planeo darle ningún uso. Yo creo que lo que más aterra es lo de que te digan que son siete años de mala suerte, démosle cancha a la sugestión, señores… ¿El origen? El espejo siempre fue un elemento de adivinación y decían que si se rompía era para no mostrar un suceso malo.

derramar sal - supersticiones

Derramar la sal. Tampoco me hace a mí mucha gracia que se derrame la sal y cuando me pasa hago aquello de tirarla hacia atrás sobre mi hombro izquierdo. Con ésta hay varias creencias, aunque a mí me gusta la de que la sal era tan valiosa que se usaba como moneda de pago (y que de ahí viene la palabra salario), por lo que derramarla es señal de mala suerte.

derramar el vino - supersticiones

Derramar el vino. Para mí el miedo de ésta es que caiga en la ropa, que cualquiera acaba con una mancha de vino (sobre todo si aún no posees el ‘gen-madre’). Pero en este caso la superstición tiene fácil arreglo, basta con mojar el dedillo en ese que has derramado y aplicártelo sobre la frente, que dicen que eso da salud. ¡Ah! Y pedir que aún quede vino en la botella para llenarte la copa, sobre todo si es del bueno.

La lista es infinita, y también hay supersticiones de la buena suerte, como la herradura, la pata de conejo (a mí esa siempre me da dado cierta cosita) o el trébol de cuatro hojas. Pero ya sabéis, el remedio infalible contra todas ellas y como ya nos lo cantara Manolo Tena en los noventa: «si no es por superstición, puede ser por precaución, pero de todas maneras…. ¡Tocar madera!«.

Y vosotros, ¿me contáis vuestras supersticiones?

Que paséis un fin de semana genial.

P.D. – Os recuerdo que estoy de sorteo express en Facebook y tenéis hasta el domingo por la noche para participar y haceros con la taza de la mujer trabajadora (esa que todas somos, no lo olvidéis).

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Calendario ilustrado – Marzo 2015

Calendario marzo 2015 craft&music#PlayItLoud!

Y casi, casi sin darnos cuenta nos plantamos en marzo. Por una parte quisiera tener el control del tiempo para regular la velocidad a ratitos, que este buen señor va que se las pela y a una no le da tiempo a reaccionar, pero reconozco que a estas alturas del invierno la llegada de marzo me alegra más que otra cosa.

Llegan la primavera, las flores, los árboles que vuelven a llenarse de hojas y regalarnos mil y un tonos de verde. Los días son más largos y a final de mes cambiamos la hora para disfrutar del sol aún más y eso me regala vida y ganas de sonreír.

Así que para celebrar todo esto que os cuento, os regalo, como de costumbre, el nuevo calendario del mes, bien cargadito de flores y colores alegres. La cita de marzo viene en clave primaveral y nos la regala el gran Pablo Neruda en su Poema 14 de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada».

Te traeré de las montañas flores alegres, copihues, avellanas oscuras y cestas silvestres de besos. Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.

Y así, ¿quién no quiere que llegue la primavera? Pues eso.

Instrucciones de uso, las de siempre, pero por si hay alguien nuevo por aquí (¡bienvenido!) yo las recuerdo. No hay más que hacer clic sobre la imagen para acceder a su tamaño completo y guardar en el ordenador. A partir de ahí el uso es libre. En formato digital o impreso en el lugar que más os guste. Ya sabéis que estaré encantada si me contáis el uso que le dais y me enseñáis alguna foto. También podéis compartirlo en vuestras redes sociales, para que llegue a cuanta más gente mejor.

Y así, mientras fantaseo con la llegada de la primavera (aunque no me quejo de los días tan fantásticos que estamos teniendo en Málaga esta semana), me despido. Espero que paséis un fin de semana fantástico y no olvidéis que el lunes volvemos con Blogersando, este mes con el color lila en honor al Día Internacional de la mujer.

¡Feliz viernes!

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Los signos del Zodiaco – Leo

ilustración niña horóscopo leo #PlayItLoud!

Ayer se celebró el inicio del Año Nuevo chino, que este año tiene su representación en la Cabra. Según el calendario chino, en esta cultura los nacidos en mi año (el mismo que Naranjito) estamos bajo el signo del Perro, pero la verdad es que a mí siempre me ha gustado más ser el León del horóscopo Occidental. Y es que pocos pueden hacerle sombra al Rey de la Selva.

No soy una loca de los horóscopos y tengo poca idea acerca del tema de los ascendentes y las compatibilidades entre signos, más allá de lo que te cuentan fuentes poco fiables como la sección relevante de la revista de turno, pero tiene gracia cómo desde pequeños, creamos o no en esto de la astrología, aprendemos a asociar las características de nuestro signo a comportamientos de nuestra vida diaria. De esta forma, yo siempre me he sentido identificada con los Leo al considerarme, entre otras cosas, una persona generosa, creativa y apasionada, aunque también un poco orgullosa, con algún que otro pronto de mal genio y ciertos episodios de Drama Queen (leves, nada desorbitado).

Si todo esto tiene una relación directa con mi signo o no son más que rasgos de la personalidad que se manifiestan en cada uno de nosotros en mayor o menor medida es algo que desconozco, pero reconozco que siempre me ha divertido abrir un periódico o revista por la sección de horóscopos y leer qué se supone que te deparará la semana. Leer el tuyo y preguntarle a los demás por su signos para hacerles partícipes del juego. Tampoco negaré que más de una y de dos veces he creído encontrar la relación entre lo que me contaban y lo que venía sucediendo.

También recuerdo aquellos años adolescentes de pajaritos en la cabeza, en los que devoraba el horóscopo de la SuperPop, creyendo a pies juntillas lo que me contaban en la sección de amor y consultando la compatibilidad entre mi signo y el del objeto de mis suspiros según la época. Y un marco de fotos pequeñín que mi madre me compro de niña, en el que podían leerse algunos rasgos comunes de los Leo, y que aún hoy ocupa su rinconcito en la estantería de mi habitación en casa de mis padres.

Y son todas estas cosas las que al final hacen que le tengas cierto cariño a tu signo y lo asumas como algo tuyo, un dato asociado a tu nacimiento y una explicación a por qué eres idealista y sensible o todo lo contrario.

¿Os pasa a vosotros? ¿Os sentís identicados con vuestro signo? Si os apetece, ya sabéis que podéis contarme si vosotros también leíais vuestro horóscopo de principio a fin en busca de una señal que te dejara ver que el más guapo del cole te correspondía o te diera esperanzas de que tu principe azul estaba bien cerca de doblar tu esquina.

¡Que paséis un fin de semana genial!

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No hay prisa

Conejo-blanco-alicia#PlayItLoud!

Así me siento yo últimamente, cual conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas. Siempre corriendo, siempre pendiente del reloj y siempre murmurando aquello de «voy tarde, voy tarde», aunque los sprint que pongo en práctica evitan que esto último pase la mayor parte del tiempo. Del coche al tren, del tren a clase, reuniones, nuevos proyectos y muchas ganas de hacer mucho.

Hoy, aunque me asome por aquí algo más tarde de la cuenta, no me lo voy a reprochar por eso de que es viernes, y los viernes todo vale. No es que a mí se me presente un fin de semana de los de plantar el culo en el sofá y hacerme un ovillo debajo de la manta (que con el frío que hace suena como el mejor de los planes, que por aquí hemos amanecido a cero grados y eso en Málaga no es muy normal), por aquello que ya os dije de que a nosotros nos toca mudanza.

Así que llegará el lunes y estaremos, probablemente, más cansados que el viernes, pero en estas rachas de cambios y de no parar, lo mejor es no perder la sonrisa y multiplicar las dosis de ilusión, que así es como las cosas salen bien (sin perder mucho de vista el teléfono del fisio, al que pienso llamar en cuanto desempaquete la última caja). De todos es sabido lo mal compañeros que son la prisa y el estrés, esos que cuando se juntan saben sacar lo peor de ti y convertirte en la peor combinación de Doctor Jekyll y Mister Hyde (aunque no prometo que no se me vaya a escapar algún que otro improperio en el proceso).

Voy a echarle valor y ganas al fin de semana, poner la música muy alta y cantar cual posesa (que así se me escuchará menos) mientras empaqueto trastos con orden, precisión y un rotulador permanente en la mano (repitan conmigo: etiquetaje).

Sin más por hoy, que voy tarde… Nos leemos el lunes.

P.D. Para fines de semanas musicales os dejo en el #PlayItLoud un nuevo descubrimiento que hice: George Ezra. ¡Engancha! Gracias, Lu ;)

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Vida lenta, por favor

me-pilla-el-toro

#PlayItLoud!

Pues sí, esta semana me ha pillado el toro y me ha confesado el muy simpático que piensa venir corriendo tras de mí un tiempo. Pero como no quería faltar a la cita de los viernes, le he pedido que se asome por aquí para hacerme de pareja y desearos un feliz fin de semana, a lo duo televisivo, y es que, en realidad, no es mala gente y viene dispuesto a enseñarme cosas valiosas.

Toda esta metáfora de mi torito y yo es para contaros que uno de los primeros proyectos que se me ha colado en este 2015 que acabamos de estrenar me va a ocupar todas las tardes durante un par de meses, así que me toca ponerme las pilas para organizar todo este ‘tinglao’ y no perderme ninguna de nuestras citas.

La verdad es que tengo tantas cosas en la cabeza, que no tengo ni idea de cómo ni en qué plazos podré ir resolviéndolas, pero como dice la maravillosa Lucía Be, este año nos toca ser malabaristas. Por eso he decidido marcarme pequeñas metas, no intentar construir Roma en tres días y no obsesionarme con las fechas límites, que el mayor disfrute está en el camino y esto es algo que se nos olvida con demasiada frecuencia. Así que prometo pararme cuando sea necesario, tomar aire y respirar profundo, que así la senda se ve más tranquila.

Y así me despido por hoy. Espero que paséis un fin de semana estupendo, ya sea al aire libre o atrapados bajo la manta. Saboread cada momento de libertad con vuestros seres favoritos y sed felices.
¡Hasta el lunes!

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