Celebrar o no celebrar Halloween, he ahí la cuestión. Llevo un par de años observando, cuando se acerca esta fecha, que hay opiniones diversas acerca de la implantación del Halloween y su «truco o trato» en la cultura española. Yo, como buena niña de los ochenta, no recuerdo ningún 31 de octubre de mi infancia rodeada de calabazas ni de telas de araña, y disfrazarme de bruja era una opción que tan sólo podía plantearme de cara a los carnavales.
Pero hay una cosa innegable, y es que casi todos los niños adoran Halloween, y yo les entiendo a la perfección, no voy a negarlo. Disfrazarme, celebrar una fiesta porque sí y recorrer el vecindario con tus amigos, llamando a las puertas para «dar sustos» y recibir caramelos a cambio, se me antoja más divertido incluso que tirarme al suelo a recogerlos en la cabalgata de Reyes (que diréis que es muy bonita y muy tradicional, pero más de uno y dos culazos en la cabeza me he llevado yo en mi tierna infancia con tanta sentadilla, así os lo digo, por no hablar de los pisotones…).
Yo soy de la opinión de que cualquier nueva costumbre que se instaure no estará nunca mal si su celebración regala ratos de felicidad. Tendemos a pensar que Halloween es una americanada cuando lo cierto es que tiene origen celta y que fueron los irlandeses quienes introdujeron la festividad en los Estados Unidos (más info en mi querida wikipedia). Ahora bien, prefiero ser prudente en mi posicionamiento a éste respecto y entiendo que quizás mi punto de vista favorable pueda deberse a que por aquí abajo no tenemos tradiciones como la castañada, que sí se celebra por otras zonas del país y que no considero debiera perderse por eso de «adoptar» la celebración de Halloween. Supongo que en este caso, votaría porque pudiesen celebrarse ambas (¿es eso posible?).
Confieso haber celebrado Halloween más de una vez, pero es que a mí un disfraz me encanta y si encima puedes irte de fiesta así vestida, qué más se puede pedir. Dicho esto, también imagino mi futuro como madre disfrazando a pequeños zombies y brujas y comprando surtido de chuches en el súper, si es eso lo que a ellos les apetece.
Y a vosotros, ¿qué os parece todo esto de Halloween? ¿Estáis a favor o en contra? ¿Hay alguna otra tradición que celebréis en su lugar? A mí, de cualquier manera, no me queda más que desearos que este fin de semana lo paséis de miedo ;)
Nos vemos el lunes.