#PlayItLoud!
La de veces que nos planteamos este enunciado y lo jóvenes que aún somos cuando llega el momento de decidir. La verdad es que yo nunca he soñado con profesiones a lo grande, en plan, no sé, astronauta o piloto de avión (lo segundo me da pánico, así que lo primero descartado, y más después de ver Gravity). Sí recuerdo que, cuando era bien pequeña, quería ser gimnasta rítmica. Cómo me gustaba verlas en la tele, haciendo piruetas con el lazo y la pelota, como si fuesen de goma. Existía por entonces la leyenda (desconozco si tiene algún fundamento) de que este tipo de gimnasia frenaba el crecimiento, y así, por miedo a no ser alta y espigada, me quité el sueño de la cabeza. Aunque tampoco sirvió de mucho ya que, en mi casa, la altura se la quedaron mis hermanos.
Siempre me han gustado mucho las ramas artísticas. Me apasiona cantar, por ejemplo, pero lo hago muy mal, mal de verdad. Y eso que de pequeña cantaba en el coro del colegio y hasta hice un par de numeritos como solista en unos campamentos de verano. Pero crecí y mi voz se fue al traste (o quizás fue siempre así, pero nunca nadie se atrevió a decirme nada…). Hoy por hoy sigo cantando (y dando el cante), pero es que sí me sé la letra de una canción me es totalmente imposible no tararearla al menos.
Otra de mis profesiones artísticas frustradas fue la de bailarina (o bailaora). Estuve apuntada a los Coros y Danzas unos cinco o seis años (tengo álbumes de fotos de las funciones de fin de curso que así lo atestiguan, que bien se encargó mi madre de comprar y revelar carretes de los de treinta y seis fotos, aunque entre tanta niña vestida igual cueste distinguirme), pero yo al flamenco le ponía poco arte, para qué mentir. Aunque los pasos de las sevillanas se me quedaron grabados a fuego y eso, en cualquier feria, es la mar de socorrido. Bailar sigo bailando, y se me da de maravilla con una copita en la mano (o eso me gusta a mí pensar).
Y también está la fotografía… Mi sueño por convertirme en fotógrafa me llevo a comprarme una Canon que se muere de risa en el armario. A veces lo intento, pero tengo que aceptar que el arte de la fotografía no se adquiere por ciencia infusa, y me lamento cuando llevo todo el día cargando con la dichosa camarita en modo automático, para acabar haciendo más fotos con el móvil que con ésta (pero es que el formato Instagram queda taaaan bien). Pero en esto no desisto, que el ojo lo tengo, te lo digo yo. Sólo me falta saber cómo disparar.
Pero de todas, todas, me quedo con el dibujo, y eso que nunca se me dio bien y, sin embargo, a día de hoy, es lo que más me apasiona. Dejar que las horas corran sin que me de cuenta de ello y seguir aumentando mi colección de ilustraciones. Probar nuevas técnicas y no dejar nunca de aprender.
Y a vosotros, ¿qué os apasiona? ¿Cuál era vuestra profesión soñada de pequeños?
Disfrutad del fin de semana.

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