Estilo libre

estilo libre

 #PlayItLoud!

Hoy me dejo llevar y os enseño algo distinto a lo que suelo mostraros. Estilo libre, como bien reza el título. Y es que a veces viene bien dar un paso en otra dirección, salir de la zona de confort e improvisar, jugar y, al mismo tiempo, seguir aprendiendo. Es como aquello que os contaba de los bloqueos creativos, en algunas ocasiones la mejor opción es atreverse con lo desconocido y ver qué sale de ello.

Ultimamente me noto más inquieta de la cuenta y siento como mis ganas de aprender aumentan a pasos agigantados, busco imágenes y no me limito a observarlas, las estudio, analizo los detalles e intento interpretarlas a mi manera. Me agobio porque hay tanto y aún me siento muy lejos… Me alegro porque aún me queda un mundo por descubrir y todo está a mi alcance. Es ese gusanillo creativo que se revuelve en tu estómago, ese que te hace tener ideas geniales a las tres de la mañana cuando intentas dormir y te seca el cerebro a las cinco de la tarde cuando lo tienes todo delante y suplicas a las musas que te asistan sin éxito.

Lo que queda por venir, aún es puro misterio, aunque la vida me va dando algunas pistas. Sólo espero que vosotros os quedéis cerca y forméis parte de ello.

¡Feliz fin de semana!

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Frutas de verano

frutas temporada verano

 

#PlayItLoud!

Llevo tanto tiempo invocando al verano que casi no me creo que llegue mañana (quizás a estas alturas hayáis notado que se trata de mi estación favorita). Pero es esa libertad de no tener que ir forrada cual cebolla, el placer maravilloso de tumbarse al sol, bajar a la piscina cuando aún no hay nadie y bucear de lado a lado, la playa los sábados con un bocadillo y una cerveza, la luz que aún invade las calles casi a las diez de la noche.

Se me ocurren muchos pequeños placeres de los que disfrutar en verano. Momentos que se hacen grandes en compañía, detalles inmateriales que te arrancan sonrisas cuando cierras los ojos. Y el sabor del verano, las cañas, el pescaito frito y las frutas de temporada, dulces y refrescantes, ideales a media mañana, como postre y en la merienda.

Yo no os voy a mentir, reconozco que como mucha menos fruta de la que debiera (mal, muy mal), y sin embargo, es en verano cuando el cuerpo me pide aumentar el consumo. Sirva este post para hacer oficial mi firme propósito de incluir la fruta en mi dieta diaria. Y para hacerlo un poco más atractivo, traigo algunas ideas (en forma de recetas) para quienes, como yo, no encuentran el momento de comerse la fruta sola porque sí.

Fruta en ensaladas:

  • Sandía con aguacates
  • Granada con queso de cabra frito y vinagreta de miel
  • Higos (o brevas) con mozzarella y nueces
  • Mango con jamón y frutos rojos

Clásicos que no pasan de moda:

  • Melón con jamón
  • Bocaditos de uva con queso y sésamo
  • Macedonia de frutas (libertad, pica fruta y mezcla sin miedo)

Recetas más elaboradas, para los valientes:

La pera tiene premio:

  • No una, sino doce recetas con pera me he encontrado aquí, y como no me decidía, os las dejo todas.

Y esto es todo por hoy, que no es poco. Espero que os guste y que incluso os arrastre a la cocina a darle forma a alguna de estas recetas. Podéis contarme cuál es vuestra favorita o sugerir otras preparaciones, que yo voy tomando nota. Disfrutad del primer fin de semana del verano (¡viva!) y nos leemos el lunes.

PD. No me voy sin recordar que el sorteo sigue en marcha hasta el lunes, así que si por alguna casualidad aún no has participado, haz clic aquí y tira los dados, que es bien fácil.

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El viernes es un estado de ánimo

wishlist de viernes

#PlayItLoud!

Los viernes, más que un día de la semana, son un estado de ánimo. Porque, a ver, que levanten la mano quienes, alguna vez, han maldecido a todos aquellos que proclaman felices en cada una de las redes sociales aquello de «por fin es viernes«. Y es que no, no todos disponemos de un fin de semana libre de responsabilidades y quehaceres obligatorios. Pero una cosa sí es cierta: todos tenemos nuestro viernes, aunque el resto de la gente lo conozca como miércoles e incluso como lunes. Aunque la semana que viene sean un jueves o un domingo. Lo sentiremos viernes, muy viernes.

Es viernes cuando al fin llega ese día en el que te quitas el saco del estrés de los hombros y sabes que toca disfrutar de esos pequeños placeres que hacen la vida más fácil, que curvan tus labios en una sonrisa y despejan el cielo de nubarrones negros. Los viernes son días bonitos para elaborar listas de deseos, esas famosas wishlists que tanto suenan en estos tiempos. Así que yo he aprovechado para confeccionarme una a la medida del fin de semana que se me presenta y lo cierto es que, se cumplan o no mis deseos, sólo soñarlos me ha dejado el ánimo muy de viernes y muchas ganas de compartirlos. Así que ahí van:

wishlist de viernes 2

  1. Para un viernes bonito me calzaría las preciosas alpargatas ‘Antonietas’ de Lucía Be, que me tienen profundamente enamorada, y deben ser tan cómodas como andar por ese campo precioso desde el que ella fabrica sus productos con amor.
  2. Como reza mi filosofía veraniega (ya os lo decía mi álter-egoblogger la semana pasada), el calor invita a llevar vestidos ligeros y fresquitos. Y este ‘Summer Azulón’ de Corazón de Tiza no me puede gustar más.
  3. Como bolso, me decanto por un capazo como el de mis paisanas Mummy & Annie, que me ha robado el corazón. Original, divertido y bien amplio, para poder guardar las mil y una cosas que toda mujer ha de llevar siempre en el bolso, y que, además, puedes hacer tú misma (y es que Ana y su súper-mamá no pueden ser más artistas).
  4. Para completar el look, nada mejor que flores en el pelo. Reconozco que aún no me he atrevido con esto, pero fantaseo tanto con la idea, que tarde o temprano mandaré a paseo a mi absurda vergüenza (¡quién la llamó y cuándo!) y me fabricaré una diadema de flores tan preciosa como ésta que nos enseñan a hacer las chicas de Bonitismos.
  5. Y ya que una se pone tan guapa, pues qué mejor que pegarme un buen festín en mi sushi-bar favoritoTiki Restaurant, a quien juro amor eterno por los siglos de los siglos (amén).

wishlist de viernes 3

Y así, ya sea martes o sábado, me sentiré muy viernes, contando con todas esas horas mágicas que son sólo para mí y los míos. Y podré hacer planes o improvisar, quedarme en casa u organizar una escapada. Salir a cenar fuera o jugar a Masterchef en mi propia cocina. ¡Porque por fin es viernes! Lo sea o no.

Y ahora vosotros, ¿os animáis a compartir algún pedacito de vuestra wishlist conmigo?

PD. Os recuerdo que sigo de SORTEO hasta el próximo lunes 23, ¡así que haz clic aquí y no te quedes sin participar!

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De mayor quiero ser…

profesiones frustradas#PlayItLoud!

La de veces que nos planteamos este enunciado y lo jóvenes que aún somos cuando llega el momento de decidir. La verdad es que yo nunca he soñado con profesiones a lo grande, en plan, no sé, astronauta o piloto de avión (lo segundo me da pánico, así que lo primero descartado, y más después de ver Gravity). Sí recuerdo que, cuando era bien pequeña, quería ser gimnasta rítmica. Cómo me gustaba verlas en la tele, haciendo piruetas con el lazo y la pelota, como si fuesen de goma. Existía por entonces la leyenda (desconozco si tiene algún fundamento) de que este tipo de gimnasia frenaba el crecimiento, y así, por miedo a no ser alta y espigada, me quité el sueño de la cabeza. Aunque tampoco sirvió de mucho ya que, en mi casa, la altura se la quedaron mis hermanos.

Siempre me han gustado mucho las ramas artísticas. Me apasiona cantar, por ejemplo, pero lo hago muy mal, mal de verdad. Y eso que de pequeña cantaba en el coro del colegio y hasta hice un par de numeritos como solista en unos campamentos de verano. Pero crecí y mi voz se fue al traste (o quizás fue siempre así, pero nunca nadie se atrevió a decirme nada…). Hoy por hoy sigo cantando (y dando el cante), pero es que sí me sé la letra de una canción me es totalmente imposible no tararearla al menos.

Otra de mis profesiones artísticas frustradas fue la de bailarina (o bailaora). Estuve apuntada a los Coros y Danzas unos cinco o seis años (tengo álbumes de fotos de las funciones de fin de curso que así lo atestiguan, que bien se encargó mi madre de comprar y revelar carretes de los de treinta y seis fotos, aunque entre tanta niña vestida igual cueste distinguirme), pero yo al flamenco le ponía poco arte, para qué mentir. Aunque los pasos de las sevillanas se me quedaron grabados a fuego y eso, en cualquier feria, es la mar de socorrido. Bailar sigo bailando, y se me da de maravilla con una copita en la mano (o eso me gusta a mí pensar).

Y también está la fotografía… Mi sueño por convertirme en fotógrafa me llevo a comprarme una Canon que se muere de risa en el armario. A veces lo intento, pero tengo que aceptar que el arte de la fotografía no se adquiere por ciencia infusa, y me lamento cuando llevo todo el día cargando con la dichosa camarita en modo automático, para acabar haciendo más fotos con el móvil que con ésta (pero es que el formato Instagram queda taaaan bien). Pero en esto no desisto, que el ojo lo tengo, te lo digo yo. Sólo me falta saber cómo disparar.

Pero de todas, todas, me quedo con el dibujo, y eso que nunca se me dio bien y, sin embargo, a día de hoy, es lo que más me apasiona. Dejar que las horas corran sin que me de cuenta de ello y seguir aumentando mi colección de ilustraciones. Probar nuevas técnicas y no dejar nunca de aprender.

Y a vosotros, ¿qué os apasiona? ¿Cuál era vuestra profesión soñada de pequeños?

Disfrutad del fin de semana.

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Postales con lápices de acuarela

#PlayItLoud!

Con eso de que la temperatura esta primavera está siendo casi de verano, cada vez que tengo ocasión traslado el laboratorio de pruebas a la terraza. Y allí, al solecito, he elaborado esta manualidad cargadita de flores, como bien manda la estación. En mi última visita a Londres, pasé por una tienda inmensa en la que todo amante de las artes y el craft que se precie desearía perderse: Cass Art, donde compré un cuaderno de postales en blanco para pintar con acuarela.

postal lápices acuarela

Como yo la técnica de la acuarela aún no la domino demasiado (clic aquí para ver mis pinitos en este mundo), opté por trabajar con unos lápices de color acuarelables de Faber-Castell (gama económica, que para principiantes ya va bien), cuya textura pasa a ser de acuarela cuando se le aplica agua con un pincel. Lo cierto es que el resultado al dibujar con estos lápices es muy bonito, tanto en seco como en húmedo (podéis echarle un ojo a mi receta de pan casero para ver cómo queda sin el acabado acuarela).

postal lápices acuarela 3

Tenía ganas de probar algo nuevo y dejarme llevar, sin presiones de tiempo ni de resultados, que a veces nos olvidamos de disfrutar de esas cosas que una vez empezamos a hacer porque nos hacían sentir felices y relajados. En mi improvisación sobre la marcha, decidí probar a dibujar a mano unas flores acompañadas de otros motivos que completasen la postal. Utilicé un poco de acuarela rosa para el marco, azul para el cielo y algo de verde para darle un toque a los tallos.

postal lápices acuarela 4

postal lápices acuarela 5

Para no dejar el reverso en blanco, repetí el marco en rosa y dibujé algunas flores en los márgenes, todo acorde con la parte delantera de la postal y evitando recargar demasiado el conjunto.

postal lápices acuarela 6

postal lápices acuarela 2

Ahora sólo queda encontrar el momento idóneo para enviarla y quizá recuperar esa mágica costumbre del correo postal. Dado que son tan personalizables como a mí me apetezca, puedo diseñar postales para cualquier motivo especial y seguro que los destinatarios agradecen encontrarlas al abrir el buzón.

¿Os gusta el resultado? Yo estoy la mar de contenta, ¡para qué negarlo! :)

¡Hasta el viernes!

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