Hoy vamos a recetear tirando de historial de retos logrados. Y es que, en los dieciséis meses que este rinconcito lleva activo, son ya varios los manjares (si no me lo digo yo, ¿quién?…) que han protagonizado su «entrada de gloria».
Como algunos ya sabréis, pero para quienes aún no os hayáis dado cuenta yo os lo cuento (valga la redundancia), este blog hace un poco las veces de «cajón de sastre» de mi día a día. La temática de mis entradas la marca el humor o la mosca que me ronde detrás de la oreja en el momento en el que me siento delante del ordenador a prepararlas. Temas con alguna lógica o desvaríos varios, a ser posible ilustrados y sobre todo muchas ganas de compartirlos con vosotros, que de eso se trata.
Por eso hoy nos damos una vuelta por la sección cocinillas del blog para rescatar algunas de mis recetas favoritas, de esas que os recomiendo poner en práctica para sorprender a algún invitado especial o para disfrutarlas en primera persona sólo porque sí (¿qué más razón necesitamos?).
Tarta de queso y limón – vol.1. Confieso que me pierdo por una tarta de queso (y que ese pareado no estaba preparado). Hay tantas recetas que si fuese un poco más loca de la cocina, probaría al menos una por semana. Me gustaron mucho éstas de queso mascarpone por lo sencillas de elaborar que son y por las posibilidades a la hora de presentarlas. ¿Dan o no ganas de escaparse de picnic?
Tarta tatín de manzanas. Me vais a perdonar que recurra a esas «dos palabras» de chiste fácil que una vez hizo famosas cierto torero, pero lo de esta tarta es im-presionante. Prometo que antes de probarla nunca pensé que pudiera estar tan rica. Eso sí, desproporcionadamente dulce y con serias amenazas de quedarse a vivir para siempre en tus caderas (en el caso de que eso te preocupe).
Tarta de queso y limón – vol.2. Para que veáis que no miento, aquí tenéis una segunda versión, ésta con receta ilustrada. La aprendí de mi madre y creo que es mi favorita. Sin horno ni complicaciones y con una textura y un sabor para repetir en bucle. Recomendadísima.
Pan casero. Esta receta es tan fácil que parece mentira que con tan pocos medios pueda una fabricarse un bollo de pan como éste en casa. Me quedaron muchas ganas de repetir e innovar y, aunque aún no he dado el paso, no se cae de mi lista de tareas pendientes y prometo encontrar el momento para repetir.
Helado de chocolate con yogur. Ésta, al igual que con el pan, es de las que quiero repetir. Probar nuevas texturas, sabores y técnicas y no tener que recurrir a las megatarrinas del supermercado sería un placer de los grandes. Claro, que también tendría que derrotar a la pereza que por lo general me da eso de meterme un rato grande en la cocina. Pero para el próximo verano, prometo volver a intentarlo.
Galletas de mantequilla. Y para acabar, la receta más reciente. Unas galletas de mantequilla tan fáciles de preparar que da risa, sobre todo porque cuesta creer que estén tan ricas. Mejor que recién sacadas de una de esas cajas de lata danesas. Perfectas para meriendas numerosas y es que con muy pocos ingredientes tienes para alimentar a un ejército. Probad y ya me diréis.
Y después de este recopilatorio tan azucarado (del que sólo se salva el pan), os costará creerme si os digo que soy mucho más de salado que de dulce, pero es que, como ya os conté alguna vez, a la hora de meterle mano a los fogones me divierte más la repostería. También debe tener algo de cierto eso que dicen de que a nadie le amarga un dulce, ¿verdad?
Hasta aquí por hoy. ¿Con qué receta os quedáis? ¿Tenéis vuestra propia versión de alguna de ellas? ¿Qué otros platos están entre vuestros muy favoritos? Ya sabéis que todo comentario y recomendación se agradece, que además de que me gusta leeros, nunca está de más engordar el recetario familiar (aunque esto conlleve, a veces, engordarse a una misma).
¡Hasta el viernes!