Proyecto de la A a la Z: D de Diversión

D de Diversión

#PlayItLoud!

Hoy vuelvo a participar, por tercer mes consecutivo, en la iniciativa fotográfica De la A a la Z de Laura, aka Miss Lavanda. Esta vez, además, he conseguido no dejarlo para el último día como venía haciendo. La letra para septiembre es la D, y llevaba ya un tiempo dándole vueltas a qué podría ser fotografiable con la letra D: dedos, dudas, dormir, despertar, delicias… Se me venía mucho y, a la vez, muy poco a la cabeza. Enfocaba y disparaba, pero la cámara no me regalaba ninguna imagen que consiguiera enamorarme.

Hasta que el otro día, mientras buscaba unas fotos en el ordenador, me tropecé con ésta y lo tuve claro: D de Diversión. Me había propuesto no tirar de archivo, pero la sonrisa que me arranca esta imagen, cada vez que me cruzo con ella, fue más fuerte, y decidí que tenía que compartirla. Me encanta esta foto porque en ella capturé un momento de felicidad, de esos de los que no eres enteramente consciente mientras lo vives, pero que te dejan con esa paz y esa tranquilidad que te hace darte cuenta de que ya lo has añadido a la mochila de los recuerdos bonitos.

Fue en mi último viaje a Londres, allá por abril, y llevábamos muchísima prisa, porque estábamos a punto de perder el tren que nos llevaba a la otra punta de la ciudad, donde celebrábamos la fiesta de cumpleaños sorpresa de esa chica que salta en la foto, que oponía resistencia y se negaba a obedecer órdenes la muy cabezota (serlo tanto y a tu manera es otra de las cosas que te hace única, amiga mía). Pero cuando me topé con este viejo y precioso pub abandonado, convertido en una obra de arte urbano, una explosión de colores en medio de un día tan gris, paré un momento para hacerle una foto y de pronto todos nos olvidamos de las prisas, yo enfocaba y disparaba y ellos saltaban de un lado para otro, como niños que se divierten, dándole aún más color a la estampa.

Después de aquel momento, que no llegó a durar un minuto, todos volvimos a la carrera, para llegar a la estación antes de que saliera aquel tren, que, muy por los pelos, conseguimos coger.

Y es por eso que esta imagen simboliza para mí la diversión, la espontaneidad, el impulso y ese instante que hace que cuatro personas sintonicen la misma frecuencia en un mismo momento para olvidarse del mundo y sonreír (aunque yo no pudiera saltar haciendo la foto).

Espero que os guste y haya sido capaz de transmitir un poquitín la sensación de felicidad que me regala este momento, hecho eterno gracias a la fotografía, que al fin y al cabo es la magia que Laura pretende que capturemos con este abecedario fotográfico. Así que os invito a pasar por su blog y descubrir al resto de los participantes.

Nos leemos el viernes, hasta entonces, ¡divertíos!

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Verano de puertas abiertas

blog abierto por vacaciones
#PlayItLoud!

Es 4 de agosto (si aún no has descargado el nuevo calendario, no esperes más, ¡que el tiempo vuela!) y la blogesfera es un mar en calma. Sois muchos los que, al fin, disfrutáis de un merecidísimo descanso y muchos los blogs que cuelgan el cartel de «cerrado por vacaciones». No negaré haber tonteado con la idea, pero incluso antes de comparar pros y contras, me he dado cuenta de que este año me apetece quedarme por aquí y pasar el verano con vosotros, ya saquéis el ratito para acompañarme en los descansos de la oficina o tumbados en la playa debajo de la sombrilla. Este blog practica el verano de puertas abiertas.

Os adelanto que será un mes de posts fresquitos y muchos dibujos que iré improvisando en mis ratitos libres, mientras en las cocinas Craft&Music se cuecen un montón de cosas ricas que espero empiecen a ver la luz con la vuelta al cole (incluida visita al taller de chapa y pintura, a ver qué tal se da…). Y hasta aquí me permitiréis que lea. Cada cosa a su tiempo.

algo se cuece

Yo, en mis vacaciones intermitentes, me he escapado unos días a mi pueblito bueno, a disfrutar de la familia, dar paseos, descansar y artistear en compañía, pero todo con la calma placentera que te aporta estar en uno de esos lugares donde el tiempo se detiene. Recuperando esa sensación maravillosa que experimentamos de niños, cuando los veranos eran eternos y no sabíamos lo que eran las prisas ni las responsabilidades, cuando la única orden que teníamos que acatar era la de estar sentados en la mesa a la hora de la comida.

Así que os invito a compartir conmigo estos ratitos de felicidad ilustrados. Cada lunes, miércoles y viernes como de costumbre. En el blog y en las redes (en caso de que aún no hayáis pasado por allí, tenéis los links arriba a la derecha, si me leéis desde el ordenador, o abajo del todo, si lo hacéis desde el móvil). Y como yo ya os he contado, así por encimilla, cómo se me presenta agosto, ahora os toca a vosotros. ¿Cuáles son vuestros planes? ¿Largas escapadas o minibreaks? ¿Arena y sol o trabajo y aire acondicionado? Toque lo que toque, ¿qué os parece si intentamos pasarlo lo mejor posible?

¡Empieza por darle al play y que suene la música!

Nos leemos el miércoles :)

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Lunes inconexos

#PlayItLoud!

Lunes de pensamientos inconexos, que se niegan a unirse para buscarse un sentido y prefieren volar a su aire para agrupar ideas con poco en común. Después de un fin de semana de mucho sol, algún gin tonic, varias cervezas, tintos de verano y estómagos felices, llega un lunes de resaca que pide desvaríos varios.

Hoy no os entretengo mucho y os dejo un post con más forma de viernes que de lunes… A veces toca saltarse las reglas. Y ahora, si os apetece, dadle al play (gran consejo: usa protector solar).

inconexión

PD. No olvidéis que seguimos de sorteo hasta el viernes, así que si aún no has participado, haz clic aquí, que te cuento lo fácil que es hacerte con el súperpremio.

¡Feliz lunes!

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¿Jugamos? Recortables Craft&Music

recortables-outfits

#PlayItLoud

Yo siempre he sido una niña-muy-niña. Vamos, un poquitín cursi. Ya desde bien pequeña decidí caminar por la vida cual princesita y mi ropa tenía que ser toda rosa, mis compañeros de juegos, una interminable colección de Nenucos, Pin y Pons, Barriguitas y Barbies (de éstas aún conservo unas veinte, con todos sus accesorios y vestidos), jamás me perdía Heidi y en mi radiocasete sonaban a todo trapo Bom Bom Chip y La Onda Vaselina (aunque también me dio fuerte por Azúcar Moreno el año que fueron a Eurovisión, con esa que cantaban de tus ojos bandidos, y me peleaba con mi vecina porque las dos queríamos ser la bajita en el playback). Por suerte, no soy hija única, y mis dos hermanos han sabido darme ese contrapunto brutote que tienen los chicos, limando un poco (muy poco) el exceso de edulcorante que se escapaba por todos los poros de mi piel.

Un día quise despertar de ese ensueño «princesil» y le pedí a mi madre que, por favor, se deshiciera de toda la ropa rosa que había en mi armario. No quería ver ni una sola camiseta de ese color. Bien pudo aquello ser un amago de fuga de ese mundo de niña-muy-niña en el que tan plácidamente vivía, pero creo que ahí se quedó la cosa, he seguido siendo una cursi de cuidado toda mi vida (por más que haya querido ocultarlo en muchas ocasiones). Pero eso sí, una cursi con clase.

Recortables c&m

De entre todos los juegos que me encantaban de pequeña, destacaban los recortables. Recuerdo lo contenta que me ponía cuando mi madre me daba unos cuantos durillos para ir a la papelería a comprar modelos nuevos. ¡Y lo difícil que era elegir! O ese momento maldito en el que a la muñeca se le empezaba a romper el cuello y lo arreglabas con varias vueltas de celo (aquí me paro y lanzo un suspiro en modo abuela… ¡La de años que hace de aquello!).

Como ya llevaba varios meses dándole vueltas a la felicidad  que me producía aquel instante, y es muy recomendable que no dejemos escapar al niño que llevamos dentro, me he propuesto recuperarla, así que he creado mi propia línea de Recortables Craft&Music. Con la ventaja de que ahora he podido ser yo quien diseñe los distintos modelos y sus posibles combinaciones, previo paseo por el mágico Pinterest. He de decir que ha funcionado, y que me fui de la imprenta dando saltos como si tuviera ocho años en el momento en que pusieron las copias en mis manos (por qué insistiremos a veces en olvidarnos de lo fácil regalarnos ratitos de felicidad).

Aquí os dejo unas cuantas fotos del proceso «mix and match».

Recortables shooting1

Recortables shooting2

Recortables shooting3

Recortables shooting4

Espero que os guste y, como siempre, os invito a que me lo hagáis saber. Y ya de paso podéis contarme si erais más de recortables, de cromos o de cartas y sobres perfumados. O si pasabais de estas cursiladas y os tiraba más darle patadas a la pelota y encestar el balón.

¡Feliz lunes a todos!

PD. ¡No olvidéis que mañana empieza abril y toca descargarse el calendario! Si os lo perdisteis el viernes lo tenéis aquí.

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Verano, ven ya…

Ganas de verano_

#PlayItLoud!

Soy más de verano que de invierno. Lo reconozco. Y mira que cuando se acerca noviembre, y por aquí abajo seguimos en manga corta y sandalias, despotrico y le pido al universo que nos mande un poquito de frío para poder colocarme el abrigo, los pañuelos (mi prenda estrella, no me verás sin uno, a no ser que haga cuarenta grados a la sombra), el gorro, las botas… Pero es como esa ilusión infantil que sentíamos con la vuelta al cole: efímera. La felicidad que daba estrenar libretas, estuches y pilots de mil colores (y qué manía se le cogía a quien más tenía). Y el ansia por que te mandaran deberes. Los primeros días volvías a casa feliz de la vida, te esforzabas por plasmar tu mejor caligrafía y hasta subrayabas los títulos en distintos colores. Un par de semanas después, llegabas a clase con la libreta emborronada suplicándole a tu amiga la aplicada que te dejase copiar las tareas.

Pues igual con el frío. A mí con un par de meses me sobra (y ya es mucho). Y ahora que los primeros signos de la primavera empiezan a asomar y las ganas de verano se multiplican por mil millones, una sale a la calle y se da cuenta de que lo que tenemos de momento no es la estación de las flores, con su temperatura agradable, que permite dejar la chaqueta en casa, sino el tiempo de los locos. Ese en el que te pongas lo que te pongas, nunca aciertas. Si hace sol y sales con menos ropa, te acabas pelando de frío. Si llueve y sacas el chubasquero y las botas de agua, una hora después parece agosto.

Sólo espero que este año el verano no tarde tantísimo en llegar como el año pasado, que a 21 de junio parecía otoño (y no estoy exagerando, si hacéis un poco de memoria seguro que lo recordáis). Así que yo, a modo danza del sol, quiero compartir con vosotros algunos pensamientos felices que se me vienen a la cabeza cuando pienso en el verano:

  • El piestureo. ¡Y qué bien sienta! Adoro pintarme las uñas de los pies cuando ya puedes lucirlos y hundirlos en la arena de la playa, acercarte a la orilla y sentir ese escalofrío que da el contacto con el agua helada del Mediterráneo (y que conste que todo esto es desde antes de la era Instagram).
  • Perderme en un libro. Bajarme a la piscina con la toalla y una buena historia, de esas que consiguen que te olvides del día, de la hora y hasta del mundo. Disfrutar de esas rachas en las que te zampas tres libros en una semana.
  • Terracear. Hacer un alto en el camino para disfrutar de una buena cervecita al sol, con unas aceitunas, unas tapas y la mejor compañía del mundo.
  • Trasladar la oficina al balcón. Porque por muy mona que haya dejado yo la pared que tengo delante de mis narices en el estudio, sentarse al aire libre y, a lo lejos, incluso ver el mar, como que sienta mejor.
  • Gin-tonics que parecen macetas. Sí, soy una enamorada de los gin-tonics, y quiero pensar que no es consecuencia de la fiebre que ha entrado por esta bebida, que hace que a veces nos la cobren a precio de riñón. Una noche de verano, buenas amigas, algo de música y una copa de balón en la mano. Eso es vida.

Y pensando mucho en esto, además de ahuyentar cualquier pensamiento maligno, igual consigo que que el satélite Meteosat ese se ponga de mi parte y nos mande unas cuantas fotillos de anticiclones permanentes, para que pronto podamos deshacernos de las mil capas de cebolla y lucir nuestra piel al sol (siempre con precaución).

Y vosotros, ¿me contáis que os sugiere el verano?

¡Feliz fin de semana!

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La obligación de ser felices

Amanece.001*Play it Loud!

Ando algo dispersa. Enero está siendo un mes raro, raro, raro y, a veces, cuesta sacarse las cosas que inquietan de adentro y dejarlas ahí, donde no puedan molestar. Por supuesto el lugar indicado no es el post de los viernes, que aún quiero que sigáis visitándome y haceros pasar cinco minutos agradables (o todo el tiempo que queráis). Así que, de momento, no inauguraremos la sección «gabinete de crisis». Mejor hablemos de cosas bonitas.

Como que mañana empieza febrero, y es de obligado cumplimiento descargarse el calendario del mes, ya sea para vuestros ordenadores, tabletas o bien impreso y colgado en la pared.

Y es que febrero va a traer un montón de cosas buenas, ya veréis. Tengo varios proyectos que van tomando forma y ya se colocan en fila india para empezar a desfilar por el blog, por lo que mejor (voz cinematográfica onpermanezcan atentos a sus pantallas. ¡Esto no ha hecho más que empezar!

A parte de todo esto, es viernes. Y los viernes en sí son una buena cosa. Porque durante dos días y medio podré apoderarme de ese regalo infantil que consiste en poder hacer lo que más me apetezca en cada momento, sin más responsabilidad que la de pasar un buen rato. Cuelgo las obligaciones hasta el lunes y no pienso cruzar palabra con ellas hasta entonces.

Toca empezar un buen libro. Cocinar un plato rico. Una sesión continua de la serie de turno (por aquí estamos con Orange is the new Black). Alguna película de las que tenemos pendientes. Unos ratitos de siesta. Un amanecer, o un atardecer. El despertador apagado. Ir a dar un paseo. Dibujar. Hacer manualidades. Ser felices.

Y hoy, dadle al *play y cantad como lo hace Love of Lesbian, «¡Sí saldremos de esta!».

¡Hasta el lunes!

fin post-