Desencuentros con mi agenda

calor y helados#PlayItLoud!

Épocas de toros que corren tanto que siempre me acaban pillando, de musas salieron a comprar cigarrillos y nunca más regresaron, de relojes que engullen las horas como si el día ya no tuviese veinticuatro (¿seguro que el gobierno no ha hecho recortes en el tiempo?). Me salto citas a las que no quiero faltar y no es por falta de ganas.

Podría daros mil excusas más que no lo son tanto, pero tampoco voy a convertir esto en el cajón de mis frustraciones acerca del espacio y el tiempo. Así que sin más me asomo, para no faltar también a la cita del viernes, y lo hago pensando en sol, calorcito y helados, que es a lo que invita esta ola de calor que nos ha pillado casi in-fragantis, con el armario a medio camino entre la primavera fresquita y temperaturas más propias del más fuerte de los agostos.

Yo empiezo a arrastrar un maravilloso resfriado, producto de la combinación de aires acondicionados y el ‘terral’ malagueño (esa sensación de que al salir a la calle te plantan cien secadores con viento caliente en la cara), y no puedo más que pedirle al reloj, que ahora sí, coja carrerilla y se plante en las seis de la tarde, para regalarme un buen puñado de horas de no hacer nada por obligación.

Y pese a no estar obligada yo me prometo sentarme con la agenda y poner orden en mi vida creativa, antes de que las vacas se hagan más flacas. Ordenar todos los proyectos que tengo en mi cabeza y darles forma, para así poder empezar a compartirlo con vosotros, que de eso sí que tengo ganas. Y dejar de lamentarme porque las musas vuelan y el tiempo corre, coger al toro por los cuernos y recuperar la calma.

Pasad un fin de semana genial.

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Planes de fin de semana

escápate, es viernes
#PlayItLoud!

Quería haber empezado (y acabado) esta entrada hablando de algo divertido, apasionante, interesante. Pero como esos cantantes que cuentan con música su hazaña fallida por escribir la canción más bonita del mundo, yo hoy no doy para mucho más que para alabar las bondades del viernes, que al menos promete tiempo libre y descanso.

Silenciar el despertador un par de días y vivir al ritmo que marquen mis constantes vitales. Sacar algún que otro ratito para estirar el cuello, cerrar los ojos y, cual caracol, disfrutar de este sol maravilloso y de unas temperaturas quasi-veraniegas (nota mental – y escrita – desempolvar mis pintauñas y darle color a mis pies; desterrar las medias al fondo del cajón; preparar mi piel para el verano – por favor no se me olviden del protector solar).

Por aquí hace tiempo de playa y la orillita del mar goza ya de un buen puñado de sombrillas, toallas sobre la arena y familias con el pack completo de mesas, sillas, neveras y un buen cargamento de filetes empanados y tortillas de patatas. Aunque yo aún no me he atrevido a lucir palmito en bañador. Y es que, un año más, llego tarde a la operación bikini. Pero como vale más tarde que nunca, estoy en pleno proceso de coger el hábito de salir a andar. Una buena caminata de pasitos rápidos y que el tono vaya llegando a su ritmo, sin fechas impuestas ni objetivos disparatados.

Quizás busque algún momento para seguir jugando con mis acuarelas, sentada en el patio bajo el sol, con una cerveza fresquita y algo de música de fondo (sí, esto suena tan bien, que definitivamente tengo que buscarle un rato).

En resumen, este fin de semana me escapo, me escapo del mundo aunque sea desde el sofá de casa. Aparco la rutina para que ésta me vaya cogiendo fuerzas, que el lunes se nos vuelve a presentar en un santiamén y, no sé vosotros, pero yo prefiero recibirlo con una sonrisa, así que a disfrutar del tiempo libre.

¡Hasta el lunes!

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Postal ilustrada número cuatro: el verano

postal-verano#PlayItLoud!

Primavera, Invierno, Otoño y Verano. Pese al desorden de la secuencia, hoy tocaba terminar la serie de postales estacionales con la reina de todas ellas (aunque esto va de gustos personales), el verano. Ese al que aún le quedan meses por llegar, pero que tanto se echa de menos en semanitas como las que llevamos, en las que una tirita de frío a la que el sol se esconde.

Os dije que este fin de semana pensaba tomármelo a mi aire y así ha sido. Mi pila de tareas pendientes delante del ordenador sigue exactamente igual que el viernes por la mañana, pero los ojos me brillan más que entonces y mi sonrisa los acompaña. Y es que aún no es verano por aquí, pero el sol ha brillado tanto, que si te colocabas donde pudiese calentarte y cerrabas unos segundos los ojos, casi podías imaginarte sumergiendo los pies en la orillita de la playa.

Y con estas he parado poco en casa, la verdad. Cañas y tapas el viernes por la noche, sábado de restaurante indio, merienda con amigas y taller creativo, seguido de más tapas, pero cambiando las cañas por copas de vino. El domingo amaneció tarde y con el sol golpeando los cristales. El cielo estaba tan azul que no pudimos más que improvisar un picnic con las cuatro cosas que teníamos por casa y plantar el pandero a orillas del pantano de El Chorro, para desear que el tiempo se detuviera allí, respirando aire puro, sin ruidos, sin prisas, sin más. Broche de oro con el cumple de mi quasi-sobri Eva, que ya tiene cinco añitos y está más guapa cada día que pasa.

Llega el lunes y el bajón amenaza con tomar las riendas, pero dice el hombre del tiempo que el sol seguirá luciendo fuerte, como en las postales del verano y yo respiro hondo y pienso que mi nueva rutina tiene mucho de bueno y que el primer día de la semana viene de perlas para hacer planes nuevos (ya sabéis, es fácil cambiarle el humor al lunes).

Y vosotros, ¿cómo afrontáis el comienzo de la semana?

Que paséis un día genial :)

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El viernes es un estado de ánimo

wishlist de viernes

#PlayItLoud!

Los viernes, más que un día de la semana, son un estado de ánimo. Porque, a ver, que levanten la mano quienes, alguna vez, han maldecido a todos aquellos que proclaman felices en cada una de las redes sociales aquello de «por fin es viernes«. Y es que no, no todos disponemos de un fin de semana libre de responsabilidades y quehaceres obligatorios. Pero una cosa sí es cierta: todos tenemos nuestro viernes, aunque el resto de la gente lo conozca como miércoles e incluso como lunes. Aunque la semana que viene sean un jueves o un domingo. Lo sentiremos viernes, muy viernes.

Es viernes cuando al fin llega ese día en el que te quitas el saco del estrés de los hombros y sabes que toca disfrutar de esos pequeños placeres que hacen la vida más fácil, que curvan tus labios en una sonrisa y despejan el cielo de nubarrones negros. Los viernes son días bonitos para elaborar listas de deseos, esas famosas wishlists que tanto suenan en estos tiempos. Así que yo he aprovechado para confeccionarme una a la medida del fin de semana que se me presenta y lo cierto es que, se cumplan o no mis deseos, sólo soñarlos me ha dejado el ánimo muy de viernes y muchas ganas de compartirlos. Así que ahí van:

wishlist de viernes 2

  1. Para un viernes bonito me calzaría las preciosas alpargatas ‘Antonietas’ de Lucía Be, que me tienen profundamente enamorada, y deben ser tan cómodas como andar por ese campo precioso desde el que ella fabrica sus productos con amor.
  2. Como reza mi filosofía veraniega (ya os lo decía mi álter-egoblogger la semana pasada), el calor invita a llevar vestidos ligeros y fresquitos. Y este ‘Summer Azulón’ de Corazón de Tiza no me puede gustar más.
  3. Como bolso, me decanto por un capazo como el de mis paisanas Mummy & Annie, que me ha robado el corazón. Original, divertido y bien amplio, para poder guardar las mil y una cosas que toda mujer ha de llevar siempre en el bolso, y que, además, puedes hacer tú misma (y es que Ana y su súper-mamá no pueden ser más artistas).
  4. Para completar el look, nada mejor que flores en el pelo. Reconozco que aún no me he atrevido con esto, pero fantaseo tanto con la idea, que tarde o temprano mandaré a paseo a mi absurda vergüenza (¡quién la llamó y cuándo!) y me fabricaré una diadema de flores tan preciosa como ésta que nos enseñan a hacer las chicas de Bonitismos.
  5. Y ya que una se pone tan guapa, pues qué mejor que pegarme un buen festín en mi sushi-bar favoritoTiki Restaurant, a quien juro amor eterno por los siglos de los siglos (amén).

wishlist de viernes 3

Y así, ya sea martes o sábado, me sentiré muy viernes, contando con todas esas horas mágicas que son sólo para mí y los míos. Y podré hacer planes o improvisar, quedarme en casa u organizar una escapada. Salir a cenar fuera o jugar a Masterchef en mi propia cocina. ¡Porque por fin es viernes! Lo sea o no.

Y ahora vosotros, ¿os animáis a compartir algún pedacito de vuestra wishlist conmigo?

PD. Os recuerdo que sigo de SORTEO hasta el próximo lunes 23, ¡así que haz clic aquí y no te quedes sin participar!

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