El tiempo vuela y ya vamos por el quinto encuentro de Blogersando, el cuarto que compartimos con vosotros, y eso es algo que nos hace mucha ilusión, porque esperamos poder seguir asomándonos a vuestras pantallas por mucho más tiempo y que cada mes seamos más, que en esta fiesta el aforo es ilimitado. Para esta ocasión, el tema propuesto ha sido el de Leyendas, así que antes de lanzarme a disfrutar de las entradas de mis compañeros y de todos los participantes, os presento la mía.
Lo cierto es las Leyendas son un tema con bastante miga, porque aunque todos pensemos de primeras en las mil y una historias mágicas que conocemos desde que apenas tenemos uso de razón, también están las leyendas en forma de persona, ya sea del cine o la música, las leyendas urbanas, esos cuentos que cuenta la sociedad y que nadie sabe a ciencia cierta cuánto de verdad hay en ellos, o las leyendas de terror, que nos encantaba contar alrededor de un corro en cualquier buena acampada, aunque después no durmiera ni el tato.
Yo, en esta ocasión, he querido rendir homenaje a una fuente inagotable de personajes de leyenda: El libro. Y es que abrir un libro ya es en sí un acto mágico. Una ventana a otro mundo, a otra vida, que construimos y disfrutamos con la única ayuda de las palabras, pero zambulléndonos en ella como si fuese nuestra, con unos ojos prestados que nos permiten sentir las penas y alegrías de los personajes como si los viviéramos en primera persona. Podemos reír con ellos, sentir miedo y hasta llorar y eso, no me lo podéis negar, es magia de la buena.
Mi idea, por tanto, ha sido la de mostrar un libro abierto del que de pronto empezasen a escapar personajes de leyenda. Harry Potter sobre su escoba voladora, un hada, un duende, una sirena y, por su puesto, un dragón, que casi siempre custodia la torre más alta de un castillo y, casualidades de la vida, en este cuento le ha tocado la de Rapunzel.
Yo siempre he sido una devoradora de libros. Desde las distintas series de colores de El Barco de Vapor, pasando por una colección de El Quijote en viñetas, los Cuentos de los Hermanos Grimm o la verdadera historia de La Sirenita (aunque me quedo con las bondades de la de la factoría Disney). Hasta a una Biblia ilustrada que teníamos por casa le metí mano. Y creo, con convicción, que es casi indispensable iniciar a los niños en la lectura desde que son bien pequeños, primero leyéndoles cuentos, jugando a inventarlos, para más tarde dejar que te pidan libros como regalos (que tanta maquinita no es buena).
No me despido sin deciros que sí o sí debéis pasar por nuestra página de Blogersando a conocer las propuestas de mis compañeros, a dejar la vuestra, si sois participantes, y a descubrir las leyendas de nuestra fiesta de ideas. Yo me voy directa para allá, que aún me quedan muchas ganas de magia. Mientras tanto, aprovecho para contaros que el tema para nuestro próximo encuentro de Blogersando en mayo es el agua, así que vayan dándole a esas cabecitas.
¡Que paséis un gran lunes y la resaca post-vacacional sea leve!