Un lunes de esos…

lunes muy lunes#PlayItLoud!

Ayer tuve un domingo muy pre-lunes. De estos días tontos en los que apetece hacer poco o nada más allá de acurrucarte en el sofá y mirar la tele como quien mira al infinito. Y mira que mis planes eran bien distintos, pero mis ganas no estaban muy por la labor de cumplir con mi lista de tareas pendientes.

Aún así me cundió para algunas cosas, como que el señor Wayne me convenciera de que le acompañara (casi a regañadientes) a darle un lavado interior y exterior a mi coche, que buena falta le hacía, la verdad. Me sirvió para descubrirle arañazos y algún que otro roce antes camuflados (no sé yo qué es peor), pero lo cierto es que ahora brilla casi tanto que cuando lo compré. Creo que ya va siendo hora de que le acoplen a los coches el mecanismo ese que hace que los hornos modernos se limpien solos. Es sólo una idea…

Un almuerzo-merienda, un descanso de cinco minutos, convertido en siesta de una hora, y varios cientos de whatsapps de los de arreglar el mundo después, hice acto de presencia en el estudio para preparar el post de hoy, pero resulta que mis musas también estaban de pre-lunes y me dijeron que me las apañara yo solita, que ellas, al séptimo día, descansaban.

Lo intenté, os lo prometo. Surqué los mares de Internet en busca de inspiración, carpeta de Pinterest arriba y abajo, anécdotas divertidas, cosas curiosas y lo más que llegué a hacer fue garabatear, anotar, tachar y emborronar algún papelote destinado a convertirse en pelota de las de colar en la papelera cual canasta (aunque yo siempre fallo).

Pero a veces las cosas funcionan así y no nos queda más que aceptarlo y reírnos de la situación. Siempre habrá «días de esos», ya sean domingos, lunes o sábados. Podría haber agachado la cabeza y aparecido por alguna red social contándoos que por alguna razón, más bonita que la falta de ideas, esta semana el lunes se quedaba sin post. Pero mejor adaptaré la letra de aquella canción y diré que «este es mi blog y lloro si quiero», que a todos nos ataca el malvado folio en blanco y que nunca viene mal hablar de ello.

Eso sí, me despido haciendo firme propósito de enmienda y prometo (con la boquita pequeña) confeccionarme una amplia lista de ideas para entradas futuras, que estoy del toro este que me persigue desde principios de año hasta el moño. Agradeceré de todo corazón toda palabra de apoyo, comentario divertido o desvarío, similar a este que yo os he soltado, que queráis dejarme aquí abajo, porque, reconocédmelo, no estoy sola, ¿verdad?

Y ahora sí me despido. ¡Feliz lunes! (aunque, sintiéndolo mucho, esto también va con boquita pequeña).

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El día después (de la mudanza)

maki de sushi

#PlayItLoud!

¡Muy buenos días! Escribo estas líneas un domingo por la noche, pero cuando estéis leyendo esto ya será, por lo menos, lunes. Hoy no escribo yo, aunque sean mis dedos los que aporrean el teclado, os habla mi espalda, después de un fin de semana intensivo de mudanza en el que sólo nos hemos permitido descansar la media hora reglamentaria y necesaria para engullir, con mucha hambre pero poco paladar (por el nervio y las prisas), todo lo que mi fantástica suegra nos ha puesto estos días por delante (¡gracias!).

Y os habla mi espalda porque yo he dado carpetazo a las muy numerosas cajas y bolsas, que aún nos quedan por abrir, para coger al señor Wayne de la solapa y largarnos a darnos un buen homenaje de sushi, que bien nos lo merecíamos (confieso que él más que yo, por todo el desmontaje-traslado-montaje de muebles). Así que, mientras yo disfruto, hago como que ignoro a los dos pesados sacos de arena que, imaginariamente, se han instalado sobre mis hombros, o a esos que parecen estar rodeándome las lumbares, mientras mi espalda rememora, como si hiciese mil años que no los vive, aquellos fines de semana en los que las obligaciones no tienen cabida y una puede, tranquilamente, pasarse el sábado o el domingo (o ambos) hecha una pelotilla en el sofá.

Con eso soñamos las dos (mi espalda y yo), con hacernos con una buena lista de películas y pasar el próximo fin de semana debajo de la mantita, pegadas a la estufa y sin más preocupación que alcanzar a coger el helado del cajón del congelador. Eso sí, más me vale haber hecho méritos por tener mi palacio sin gotelé (qué felicidad da decir esto) medianamente ordenado, que aún son muchas las cajas que nos quedan por abrir y muchos los espacios por decorar para hacer de esto nuestro nuevo hogar.

No hay más por hoy, la que manda en esto que escribo me pide encarecidamente que adopte la posición horizontal y nos permita descansar a ambas, pese a la sospecha de que mañana tendré agujetas hasta en la coronilla (y encima toca madrugar).

Y vosotros, ¿cómo habéis pasado el fin de semana? ¿Ha ganado el placer o la obligación?

Que paséis un día estupendo.

fin post-

Mi 2014 en entradas

posts-2014

#PlayItLoud!

Hoy me pilláis recién aterrizada después de un finde de los de no parar, pese a la lluvia. Muy alejada de los lápices, los ordenadores y la vida 2.0 y creedme, a veces es tan necesario que una conserva la sonrisa pese a que sea domingo por la noche y aún no tenga plan para el post de mañana.

Pero lejos de dejar que el pánico cunda, he diseñado un plan B, y es que qué mejor que diciembre para hacer un balance positivo y bonito de lo que ha pasado por aquí a lo largo de este año 2014, tan raro y especial al mismo tiempo, pero tan creativo, productivo e inspirador como ningún otro año que alcance a recordar. Por eso hoy quiero invitaros a compartir dicho balance a través de un ranking en el que os enseño una entrada muy especial por mes. ¡Allá vamos!

Calendario_Febrero_Craft&music.001

Enero me trajo la inspiración para empezar a crear a las nenas de los calendarios descargables, esas que han desfilado por aquí cada mes desde entonces y de las que espero hayáis disfrutado mucho.

enroscados día internacional lengua materna

Febrero fue el mes del amor y tuve más de una entrada de temática romántica. En una de ellas hasta ilustré mi palabra favorita para celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna.

Día de la mujer trabajadora

En marzo celebramos el Día de la Mujer Trabajadora, ese que, para bien o para mal, no podremos dejar de celebrar hasta que la igualdad de derechos sea tan real que la palabra discriminación haya caído en desuso.

Flower Market

En abril volví a escaparme a la ciudad que me robó el corazón y de la que ni el tiempo consigue desenamorarme, a pesar de estar muy contenta con la decisión de haber vuelto a casa. Londres significa mucho para mí, seguro que algunos, a estas alturas, ya os habréis dado cuenta.

pan casero 2

De entre las cosas que hice en mayo, me encantó meter las manos en la masa para hacer pan casero, sobre todo siendo el oficio de panadero tradición familiar. Tengo que volver a intentarlo, así que me lo apunto para el 2015.

Ronda, ciudad soñada

En junio dimos un paseo muy especial por los lugares mágicos de mi niñez, cuyo escenario es la preciosa ciudad de Ronda, que por algo se ganó el calificativo de Soñada por el poeta Rainer María Rilke.

estilo perritoEn julio, entre otras muchas cosas, me quité un poco la máscara para contaros 50 cosas sobre mí, como esa de que el único estilo de natación que domino es el perrito o mi incidente con el señor blanco de La vida es así y mi ombligo…

Hermanos

En agosto, además de cumplir años, os presenté a dos de los hombrecitos más importantes de mi vida, mis hermanos. Con los que comparto recuerdos y bromas inolvidables capaces de rescatar a la mejor de mis sonrisas.

Saltar en los charcos

En septiembre quise saltar en los charcos y esto me brindó la oportunidad de participar en un de los proyectos más bonitos en los que he estado metida hasta la fecha, el paraguas transparente de Esyumi.

nerds

En octubre mi blog cumplió un año, aunque no lo celebramos hasta noviembre. Y de entre todos los dibujos que se asomaron por aquí, ese mes me divertí mucho haciendo éste, con el que venía a contaros que mi miopía me había convertido en una gafapasta.

calendario-febrero-2

Noviembre me dio la oportunidad de crear el calendario más bonito para el 2015, junto a otras seis fantásticas ilustradoras que hicieron posible crear algo tan especial (aún se lo podéis pedir a Papá Noel o los Reyes aquí).

cabecera-blogersando-guirnaldas-centroY en diciembre nació #Blogersando, un proyecto que comparto junto a cinco grandes personas y artistas en esto de lo hecho a mano con amor, de esas que hacen que la vida 2.0 se convierta en algo maravilloso (ya sabéis que estáis invitados a participar con nosotros en la primera fiesta de enero – y en todas las que vengan).

Hasta aquí el paseo por el 2014, ha sido difícil quedarme con una sola entrada de cada mes, pero no hace falta que os diga que la puerta está abierta para que paséis a descubrir (o redescubrir) todos los meses que os apetezcan. Yo os espero por aquí el miércoles como de costumbre.

¡Que paséis un gran lunes!

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Lunes lentos

Lunes antifaz

#PlayItLoud!

Buenos días a todos. Es lunes y hoy amanezco con el corazón contento y el cerebro dormido, muy dormido. Tenía otros planes para el post de hoy, pero he decidido despertar despacito, sin hacer mucho ruido. Iré hasta la cocina de puntillas y, aún con los ojos medio cerrados, cargaré la cafetera y me sentaré a esperar a que suba el café, en silencio y sin prisa, sin ninguna prisa. Acompañaré cada sorbito con un montón de momentos bonitos, añadidos al saco de los recuerdos inolvidables, tan inolvidables como las personas que me los han regalado.

Qué genial sensación sentir que no pasa el tiempo por más que pasen los años. Con eso me quedo hoy.

Pasad un gran lunes, de aquí al miércoles voy despertando.

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Café, por favor…

Monday I'm in love#PlayItLoud!

Pocas cosas van mejor con el café que un lunes por la mañana, de eso no tengo ninguna duda. Quizás en agosto no haga falta cargarlo tanto, pero aún así, un madrugón es un madrugón, por muchos chapuzones y baños de sol que podamos darnos en nuestros ratos libres.

Me encanta el café (eso sí, bien hecho, que los hay que sólo consiguen que sepan a rayos…), aunque no tenga más efecto en mí que el de placebo que mi cabeza le atribuye (de esto ya os hablé en aquellas 50 cosas sobre mí). No recuerdo a qué edad me tomé mi primer café, pero sí como descubrí que me gustaba negro, bien cargado y sin azúcar. Y es que mi preciosa abuelita, en los veranos y fines de semana que me escapaba al pueblo de mi padre, solía tenérmelo listo por las mañanas, antes de bajar el último escalón con las legañas aún pegadas. Y lo odiaba. Apenas era capaz de darle un par de buches y tenía que tirarlo por el fregadero cuando la pobre mía no miraba.

¿El problema? No su café, que era delicioso, sino el hecho de que medio vaso era leche y llevaba al menos tres o cuatro cucharadas de azúcar. Desde ese momento, fui reduciendo progresivamente la cantidad de ambos ingredientes, hasta que me di cuenta de que a mí aquello sólo me gustaba tal y como salía de la cafetera, y cuanto más fuerte, mejor.
Monday's coffee

Creo que me convertí en adicta cuando me fui a vivir a Londres (hace ya diez años de aquello, madre…), y trabajé unos nueve meses en una cadena de cafeterías llamada Caffè Nero, donde me enseñaron a preparar el auténtico espresso italiano (como una bala hacía yo los cafés). Allí investigué hasta dar con la dosis que creí me hacía algo de efecto: un café pequeño con unos dos o tres shots de espresso, y bien podían caer unos cuatro o cinco al día, sin exagerar (y sin problemas para dormir, oigan). Eso sí, de esta forma me convertí en la anti-clienta de lugares como Sturbucks y similares, y es que yo al café ni helado, ni banana, ni caramelo, ni nada de nada. Tal cual, y si hace calor, un solo con hielo.

Últimamente he descubierto que mi favorito es el de cafetera de toda la vida (que no entiendo yo por qué razón me ha dado siempre tanta pereza) y me encanta ponerla al fuego y esperar a que el café suba, escuchar cómo ruge, ver salir el humo y llenarme los pulmones con ese olor a despertar, que hace que las mañanas huelan mejor y las tareas del día a día pesen un poco menos. Es magia.

Morning coffeeEmpezaba yo diciendo que nada le va mejor a un lunes que un café, así que, para quienes compartís este sentimiento, os dejo estas tres ilustraciones descargables a golpe de clic, que podéis usar como fondo de pantalla o, simplemente, imprimirlas y pegarlas en vuestro escritorio con una chispa de celo (o de washitape si queréis ser más exquisitos). No hay más que pinchar sobre la imagen para acceder a ella en su tamaño real. Espero que os gusten.

¿Qué? ¿Apetece un café?

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50 cosas sobre mí…

Hoy me sumo a la serie de posts «50 cosas sobre mí» y os invito a conocerme un poquitín más. Poneos cómodos, que empezamos.

#50cosassobremí

#PlayItLoud!

1) Soy tremendamente tímida con las personas a las que no conozco…

2) Pero hablo por los codos con aquéllos a quienes conozco bien.

3) Me encanta el café, pero no me hace ningún efecto. Puedo beberme un litro e irme a dormir sin problema (y eso que lo tomo negro y sin azúcar).

4) Adoro cantar, y aunque actualmente desafine como un mono, me gusta pensar que de pequeña lo hacía bien (si no, que alguien me explique por qué a los 9 años me dejaron cantar «Bailar Pegados», micrófono en mano, en la gala de clausura de unos campamentos de verano).

5) Soy un poco cabezota y me cuesta mucho dar mi brazo a torcer, incluso después de darme cuenta de que no llevo razón.

6) A los catorce años hablé con Ricky Martin por teléfono gracias a un programa de radio (era mega-fan y estaba tan enamorada, que confieso que albergaba esperanzas reales de llegar a casarme con él…).

7) Prefiero caer mal a ser falsa (pero la educación va por delante de todo).

8) No soy nada dulcera, pero me divierte más la repostería que cocinar salado.

9) De pequeña me presenté a las pruebas de crol, braza, mariposa y espalda en una competición de natación (en ese mismo campamento en el que canté «Bailar Pegados») nadando siempre a «estilo perrito». Era verano, tenía calor y me aburría, me echaron un par de broncas, pero bien fresquita me quedé.

10) Aún a día de hoy el «estilo perrito» es el único que domino dentro del agua (aunque intento que parezca que nado a braza).

estilo perrito

11) La adolescencia cambió mi desparpajo y espontaneidad infantil y por la vergüenza patológica y el miedo escénico (por qué, zeñó, por qué…).

12) Mi ciudad favorita del mundo es Londres, donde aprendí a ser adulta y a tomar decisiones por mí misma.

13) En 2006 viajé a Berlín y me fascinó tanto, que creo que no me importaría vivir allí.

14) Me dan pavor los aviones (pese a haber volado, por lo menos, cien veces). Preferiría hacer un viaje de diez horas en autobús a uno de cuarenta minutos en avión. Pero como viajar es una de mis actividades favoritas, acepto pasar el mal rato y vuelo.

15) Me encanta la ropa a rayas (y tengo un radar visual que la detecta al entrar en cualquier tienda).

16) Mi comida favorita de restaurantes es el sushi.

17) De la cocina tradicional me quedo con unos huevos fritos con patatas y jamón (y/o pimientos).

18) Desde que vivo con el señor Wayne, como siempre con piquitos de pan.

19) Adoro desayunar fuera de casa.

20) Creo en el amor para toda la vida (soy una romántica…).

para toda la vida

21) Soy una miedica de campeonato. Más y más cada año que pasa. Me dan miedo las atracciones, lo normal y lo paranormal, los vivos y los muertos, y paro porque la lista es extensa.

22)  Tengo un lado empático sobre-desarrollado, que me hace pasarlo mal por personas a las que ni siquiera conozco, cuando las veo lidiar con una situación comprometida, hasta el punto de querer abrazarlas y consolarlas (pero no lo hago porque, como dije en los puntos 1 y 11 soy muy tímida y vergonzosa).

23) Me gusta conducir, aunque me costó muchísimo sacarme el carnet.

24) Me encanta sufrir «Síndrome de Stendhal» cuando veo cosas muy, pero que muy bonitas.

25) Adoro los clásicos Disney con audio latino.

26) Me gustan las ensaladas que yo preparo, que nunca tienen menos de cinco ingredientes adicionales.

27)  No me gusta que la gente hable de calorías ni de dietas mientras estoy comiendo.

28) No puedo cuidar plantas, lo he intentado y hasta la menta se seca.

29)  No tengo color favorito y tampoco hay ninguno que odie.

30) Creo que quienes dicen que madrugan en sus días libres porque tienen el cuerpo hecho a madrugar, mienten.

despertador apagado

31) Lloro con mucha facilidad y con casi cada película en la que te cuelen la más mínima escena sensiblera.

32) Durante mi adolescencia no soportaba ver películas románticas con final infeliz.

33) Estoy en fase de recuperación omnívora después de catorce años siendo vegetariana vegeta-rara.

34) Mi colonia favorita sigue siento «Nenuco».

35) Los frutos secos, especialmente los cacahuetes pelados y los pistachos, me causan adicción, por eso evito comprarlos.

36) Suspendí matemáticas cada año hasta que me deshice de ellas en el bachillerato de Humanidades.

37) Mi asignatura preferida en el instituto era la filosofía (me fascinaban Kant y su imperativo categórico).

38) Esta es muy tonta, pero una vez, siendo muy pequeña, descubrí una pelusilla blanca en mi ombligo, de esas que te dejaban las camisetas interiores de algodón, y desde ese día, hasta que aprendí a aplicar la lógica,  estuve convencida de que se trataba del señor aquel que era todo barba blanca en los dibujos de «La vida es así» (éste) y de que éste tenía su centro de operaciones en el ombligo en lugar de en el cerebro.

39) Nunca me he teñido el pelo de ningún color, ni mechas, ni henna, ni nada de nada. Aunque no dudaré en hacerlo cuando mi cabeza se empiece a llenar de canas (no hay prisa…).

40) Voy muy poco a la peluquería (mi última visita fue en abril del año pasado) y siempre he confiado en quienes se han ofrecido a cortarme el pelo, (aunque no fueran profesionales).

el pelo crece

41) Suelo acordarme siempre de lo que he soñado cuando me despierto y me sigue fascinando que pocas horas después toda la historia se desvanezca (curiosa cosa el cerebro humano).

42) Me encanta escribir. Me calma, ordena mis ideas y aclara mis sentimientos cuando estos se aturrullan.

43) Si es verano, tengo que llevar las uñas de los pies pintadas.

44) Soy la mediana de tres hermanos, y la única chica (lo que es igual a: tengo dos hermanos guapísimos a los que adoro).

45) Tener el blog me ha enseñado que puedo ser constante y perseverante.

46) Me da coraje que los demás duerman cuando yo estoy despierta (ya sé que es un poco egoísta, pero es que me aburro…).

47) Fantaseo con escapar de esta parte del mundo capitalista y corrupta y trasladarme a algún lugar donde pueda ser autosuficiente, vivir con lo mínimo y regalarle a mis futuros hijos una vida feliz.

48) Nunca he logrado engancharme a ningún deporte (aunque llevo todo el mes de julio haciendo ejercicio y esta vez mi propósito es firme).

49) Soy mucho más feliz desde que practico el craft.

50) Admiro y adoro a mi madre sobre todas las cosas.

mi madre, la más bonita

Y esto es todo por hoy, que para ser lunes no es poco. Espero que hayáis sido capaces de llegar hasta aquí sin aburriros demasiado :) Y como siempre os invito a contarme: ¿hay algo que tengamos en común? ¿Más bien lo contrario? Quienes tenéis blog, ¿os habéis sumado ya a esta iniciativa?

¡Que paséis un día genial!

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Helado casero de yogur, chocolate y cookies

Helado casero 1er:p#PlayItLoud!

Definitivamente, los lunes no son tan malos cuando te propones nuevos retos, sobre todo si éstos son fáciles y, además, están de rechupete. Si hace algunas semanas os hablaba de mi primera vez con el pan casero, hoy, aprovechando este calorcito que ya pica (pese al súper chaparrón que nos cayó ayer), me atrevo con el helado hecho en casa. Y no contenta con eso, os traigo otros dos mini-tutoriales, por lo que hoy tenemos un 3 en 1. Abróchense los cinturones, que empezamos.

Helado casero ingredientes

La receta que he elegido es muy fácil y se hace en un plis-plas (5 minutos y al congelador). La original podéis encontrarla en este post de PequeRecetas, sólo que yo he cambiado el brownie por las cookies y, además, he añadido chips de chocolate negro (¿parece que miento si os digo que no soy nada chocolatera?). Yo no tengo heladera en casa, así que os dejo los pasos para la elaboración tradicional:

A partir de los ingredientes de la foto de arriba, mezclamos en un bol los yogures con el azúcar y el cacao y batimos hasta que la mezcla sea homogénea (reservamos las cookies y los chips de chocolate). Vertemos en un recipiente adecuado y lo metemos en el congelador. Con el fin de evitar que el helado se cristalice, después de una hora lo sacamos y volvemos a batir, así hasta tres veces. En la última, añadimos las galletas y el chocolate y repartimos bien (de esta forma, al estar más espeso, conseguimos que los trozos no caigan al fondo, como ocurriría si los mezcláramos al principio). Llevamos de nuevo al congelador durante varias horas antes de consumirlo (recomendable sacarlo unos 15 minutos antes). ¡Así de fácil!

Helado casero resultado

Como sugerencia de presentación, yo opté por crear una cesta con un plato de papel y un poco de washitape, más fácil imposible, y bien resultona para cualquier cosa que queramos meter dentro, fruta, gominolas o cucuruchos de helado. Os dejo aquí las fotos del proceso, pero podéis ver el tutorial en el precioso blog de Sarah Hearts (que me ha robado el corazón este fin de semana).

cesta plato de papel paso a paso

Y para los conos, cucuruchos hechos con papel bien bonito (estos son de Tiger, si es que lo que no encuentres allí…). Para ello no hay más que dibujar un círculo, dividirlo en tres partes iguales y trazar otro círculo pequeñito en el centro, recortar y envolver el cono, fijando el papel con cinta adhesiva de doble cara.

helado casero papel cucurucho

Y tras todo esto, no queda más que disfrutar de un cremoso y refrescante helado casero, con la satisfacción que produce saborear cualquier receta hecha por una misma. Como bien diría Hannibal del Equipo A: me encanta que los planes salgan bien.

Helado casero cucurucho

Helado casero resultado 2

¿Qué me decís? ¿Nos comemos el lunes con un poco de chocolate?

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Lunes inconexos

#PlayItLoud!

Lunes de pensamientos inconexos, que se niegan a unirse para buscarse un sentido y prefieren volar a su aire para agrupar ideas con poco en común. Después de un fin de semana de mucho sol, algún gin tonic, varias cervezas, tintos de verano y estómagos felices, llega un lunes de resaca que pide desvaríos varios.

Hoy no os entretengo mucho y os dejo un post con más forma de viernes que de lunes… A veces toca saltarse las reglas. Y ahora, si os apetece, dadle al play (gran consejo: usa protector solar).

inconexión

PD. No olvidéis que seguimos de sorteo hasta el viernes, así que si aún no has participado, haz clic aquí, que te cuento lo fácil que es hacerte con el súperpremio.

¡Feliz lunes!

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Cámbiale el humor al lunes

A por el lunes música café sonrisa ilustraciones

*Play it Loud!

Es lunes. Lunes. ¿Por qué es lunes?

Lo sé. Los lunes tienen ese poder maldito de hacernos sentir apáticos, tristes, pesados. Son ese clic que nos devuelve al mundo real, a los madrugones, a tener que cumplir con obligaciones que en realidad nos importan un bledo (francamente, querida). Por desgracia, suele tratarse de un sentimiento colectivo, y caminamos todos como autómatas con las sonrisas invertidas y la mirada clavada en los zapatos. ¡Otra vez lunesHumor de lunes. ¡Qué lunes más lunes!

Y, ¿para qué? En serio. Pensadlo. ¿Qué cambia que nos empeñemos en ver al primer día de la semana como al Demonio en persona? Nada. El tiempo no pasa más rápido. Las cargas no se hacen más ligeras. Las responsabilidades no desaparecen. El viernes no tarda menos en llegar.

Entonces, ¿por qué no le pintamos una sonrisa al lunes? ¿Qué perdemos por intentarlo? Empieza la semana y es el momento perfecto para hacer planes. Para decidir qué hacer con esos ratos que tenemos libres. Para plantearse un nuevo reto. Para planear un menú especial. Para llamar a ese amigo al que le debes un café y encontrar un hueco para tomarlo. Para leer tus blogs favoritos, que por lo general no postean sábados ni domingos. Para reencontrarte con las personas que forman parte de tus lunes y contarles qué tal fue el fin de semana. Y poder reírte con ellos, de todo y de nada. Y hablar del tiempo, que parece que este año el verano pisará fuerte. Y arreglar el mundo (o el país, que nos pilla más de cerca).

No es mi intención elaborar un discurso «happy-flower». Soy consciente de que eso de que «la cosa está muy mala» dejó de ser una frase hecha hace mucho tiempo para convertirse en una verdad universal. Pero hay pequeñas batallas que podemos seguir ganando, que aún dependen de nosotros, y cambiarle el humor al lunes (o al día de tu semana que se disfrace del mismo) es una de ellas.

Así que, ¿por qué no empezamos? Pon música (puedes empezar por el #PlayItLoud de hoy), que suene fuerte. Prepárate un café (doble, por si acaso). Y regálate una sonrisa, pero no una tímida, una de las de verdad, bien grande. Puede que al principio cueste, pero podemos hacerla real y lo mejor de todo es que sonreír es contagioso.

¡A por el lunes! ¿Lo intentamos?

fin post-