Hace ya algún tiempo os hable de mis ‘por qué sí’ y ‘por qué no’ en el universo Egoblogger y, a modo de terapia para suplir mi no rotundo a ponerme delante de una cámara y posar, así como natural, os presenté a mi Álter-Egoblogger. Pues bien, con la llegada del buen tiempo, a esta señorita se le han vuelto a despertar las ganas de salir a dar un paseo y me ha pedido que la ponga bien guapa y le dedique un post. Así que allá vamos.
Mi outfit ideal para un día de verano incluye un vestido fresquito sí o sí. No se me ocurre nada más fácil y cómodo para lidiar con esa franja de entre treinta y cuarenta grados que nos regala la estación estival por estos lares del sur. Si la prenda en cuestión es amplia y sueltecita, mejor que mejor, libertad de movimiento y de respiración, gracias.
Si tengo que elegir un estampado, sin duda me quedo con las rayas. Adoro la ropa a rayas y cada vez que voy de compras (cosa poco frecuente últimamente), vuelvo a casa con al menos una prenda de éstas. Si no fuera porque el sentido común me frena, mi armario estaría íntegramente compuesto por ropa a rayas, y no estoy exagerando (bueno, un poquitín sólo). Para el verano, aparcaríamos un poco las clásicas negras y azul marinas para lucir otras de colores más alegres.
En los pies, unas cuñas de esparto, la única forma no dolorosa de regalarme unos cuantos centímetros de estatura. ¿Por qué no podrán todos los tacones preciosos y maravillosos del mundo ser igual de cómodos que unas simples cuñas de esparto? Por regla general, mi yo verdadero se pasa el verano en sandalias planas (la comodidad es mi religión), pero las cuñas son una opción bien bonita y socorrida para esos días en los que una quiere arreglarse un pelín más. ¡Larga vida al esparto!
El bolso, que sea amplio y tenga asas bien largas, para que me quepan todos los básicos imprescindibles y poder llevarlo colgado del brazo. Mira que hay clutches que me enamoran, pero es que después de la primera media hora, yo ya no quiero llevarlo más en la mano, y aunque casi todos traen la opción de ponerle la cadenita, pues algunos como que pierden un poco.
Y por último, hablemos de maquillaje y peinado. Algo cómodo que no implique tener que utilizar la plancha con estos calores. Me chiflan las trenzas, sólo que tengo muy, pero que muy poco arte para hacérmelas, por lo que al final siempre acabo con un moño despeinado. Prometo practicar. Y para la cara, polvos ligeritos, colorete y labios rosas. Para el día a día no quiero nada más (yo soy muy de ir con efecto «cara lavá»).
Ahora os toca a vosotras (los chicos también pueden participar si quieren, ojo), ¿me contáis cuáles son vuestros básicos diarios y algún truquito de belleza?
¡Que paséis un buen fin de semana!