Hoy me pilláis recién aterrizada después de un finde de los de no parar, pese a la lluvia. Muy alejada de los lápices, los ordenadores y la vida 2.0 y creedme, a veces es tan necesario que una conserva la sonrisa pese a que sea domingo por la noche y aún no tenga plan para el post de mañana.
Pero lejos de dejar que el pánico cunda, he diseñado un plan B, y es que qué mejor que diciembre para hacer un balance positivo y bonito de lo que ha pasado por aquí a lo largo de este año 2014, tan raro y especial al mismo tiempo, pero tan creativo, productivo e inspirador como ningún otro año que alcance a recordar. Por eso hoy quiero invitaros a compartir dicho balance a través de un ranking en el que os enseño una entrada muy especial por mes. ¡Allá vamos!
Enero me trajo la inspiración para empezar a crear a las nenas de los calendarios descargables, esas que han desfilado por aquí cada mes desde entonces y de las que espero hayáis disfrutado mucho.
Febrero fue el mes del amor y tuve más de una entrada de temática romántica. En una de ellas hasta ilustré mi palabra favorita para celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna.
En marzo celebramos el Día de la Mujer Trabajadora, ese que, para bien o para mal, no podremos dejar de celebrar hasta que la igualdad de derechos sea tan real que la palabra discriminación haya caído en desuso.
En abril volví a escaparme a la ciudad que me robó el corazón y de la que ni el tiempo consigue desenamorarme, a pesar de estar muy contenta con la decisión de haber vuelto a casa. Londres significa mucho para mí, seguro que algunos, a estas alturas, ya os habréis dado cuenta.
De entre las cosas que hice en mayo, me encantó meter las manos en la masa para hacer pan casero, sobre todo siendo el oficio de panadero tradición familiar. Tengo que volver a intentarlo, así que me lo apunto para el 2015.
En junio dimos un paseo muy especial por los lugares mágicos de mi niñez, cuyo escenario es la preciosa ciudad de Ronda, que por algo se ganó el calificativo de Soñada por el poeta Rainer María Rilke.
En julio, entre otras muchas cosas, me quité un poco la máscara para contaros 50 cosas sobre mí, como esa de que el único estilo de natación que domino es el perrito o mi incidente con el señor blanco de La vida es así y mi ombligo…
En agosto, además de cumplir años, os presenté a dos de los hombrecitos más importantes de mi vida, mis hermanos. Con los que comparto recuerdos y bromas inolvidables capaces de rescatar a la mejor de mis sonrisas.
En septiembre quise saltar en los charcos y esto me brindó la oportunidad de participar en un de los proyectos más bonitos en los que he estado metida hasta la fecha, el paraguas transparente de Esyumi.
En octubre mi blog cumplió un año, aunque no lo celebramos hasta noviembre. Y de entre todos los dibujos que se asomaron por aquí, ese mes me divertí mucho haciendo éste, con el que venía a contaros que mi miopía me había convertido en una gafapasta.
Noviembre me dio la oportunidad de crear el calendario más bonito para el 2015, junto a otras seis fantásticas ilustradoras que hicieron posible crear algo tan especial (aún se lo podéis pedir a Papá Noel o los Reyes aquí).
Y en diciembre nació #Blogersando, un proyecto que comparto junto a cinco grandes personas y artistas en esto de lo hecho a mano con amor, de esas que hacen que la vida 2.0 se convierta en algo maravilloso (ya sabéis que estáis invitados a participar con nosotros en la primera fiesta de enero – y en todas las que vengan).
Hasta aquí el paseo por el 2014, ha sido difícil quedarme con una sola entrada de cada mes, pero no hace falta que os diga que la puerta está abierta para que paséis a descubrir (o redescubrir) todos los meses que os apetezcan. Yo os espero por aquí el miércoles como de costumbre.
¡Que paséis un gran lunes!