La caja tonta y la cocina: MasterChef

cosas que me gustan de la caja tonta#PlayItLoud!

Me las deseaba yo muy felices cuando decidí escribir esta entrada. Fue hace cosa de una semana y media y todavía  conservaba altas mis esperanzas de que las cosas siguieran el curso adecuado, de que los acontecimientos se sucedieran de la más justas de las maneras…

Vale, me estoy poniendo muy dramática y es sólo un programa de televisión, lo sé…

Hoy por hoy mi enganche a la tele es casi nulo. No sigo ninguna de las series que echan en antena y soy anti-fan de todos esos programas concurso de famosos que saltan de un trampolín (muy interesante…), bailan o cantan (aunque tengo que reconocer que vi las dos primeras ediciones de «Tu cara me suena», la primera por la novedad y la segunda porque Roko tenía mucho arte), y no soporto los espacios en los que airean trapos sucios sin que existan límites morales que tracen una línea en la que pueda leerse «hasta aquí».

Sin embargo, hay un género que me gana y calma esa cierta aversión que le tengo a la parrilla televisiva, y éste es la cocina. Suelo ver los programas de Chicote y seguí la primera edición de Top Chef (seguramente me enganche también a la segunda, para qué negarlo). Pero sin duda alguna, el premio gordo se lo lleva MarsterChef.

masterchef

A la primera edición nos enganchamos un poquitín tarde y de casualidad. Pero la televisión a la carta nos permitió ponernos al día en un periquete y desde entonces no nos hemos perdido ni un sólo programa (sí, también me enganche a la versión Junior, no me diréis que algunos de los pequeñajos no eran adorables, ese Aimar…). No contentos con eso, también hemos visto las cuatro ediciones de la Masterchef USA (y lo que llevan de la quinta, que emiten actualmente). Igual suena esto un poco friki, pero considero mucho más sano y enriquecedor ver programas de este tipo, con los que además aprendes y despiertas inquietudes, que esos otros que te cuecen el cerebro y aniquilan tus neuronas.

La cosa es que en esta segunda entrega, cuya final emiten esta noche, yo tenía un claro favorito desde el principio. Emil, el realizador publicitario, tachado de serio y antipático por algunos de sus compañeros, pero con más clase, educación y saber estar que muchos de ellos (si sois seguidores del programa seguro que se os viene algún nombre a la cabeza), y más importante aún, con mucho arte en la cocina. Pero cosas de la televisión, la semana pasada, en una prueba eliminatoria con la que no estuve del todo de acuerdo (sé que no estuve allí para probar los platos y por tanto toda opinión es más bien subjetiva), a Emil le pegaron la patada, alejándole de la plaza en la gran final que, desde mi punto de vista, se merecía.

Aún no se me ha pasado del todo el disgusto y pienso que una final entre Emil y Vicky tendría mucha más chicha que entre esta última y Mateo, porque creo que será ella quien se lleve el premio, sencillamente porque a lo largo de todo el concurso ha demostrado que cocina mejor que él. A pesar del ‘ataque Pokemon’ que le dio la semana pasada, que casi debiera haber sido tratado como ‘penalti y expulsión’ (lo cual hubiese colocado a Cristobal entre los dos aspirantes al título y habríamos tenido una final que nadie se esperaba, sí, pero igual un poco más justa…).

En fin, análisis aparte (que me voy por las ramas), esta noche en casa se verá la final, en Navidad la nueva edición Junior y el año que viene seremos fieles a la tercera. Porque es un formato ‘no-dañino’ que te hace pasar un buen rato, aspirar a ser un poquito mejor en los fogones y hasta intentar currarte unas presentaciones de esas chulas y refinadas. ¡Ah! Y al jurado que no me lo cambien, que sin las risas que nos regala Pepe, el estilo de Samantha y el todo talento de Jordi, MasterChef no sería lo mismo.

Y quién sabe… Igual esta noche la final nos sorprende.

fin post-